Rajoy califica de «broma» que se le acuse de conspiración

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

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MARCELO DEL POZO | REUTERS

El presidente en funciones sostiene que lo grave es que se grabara al ministro del Interior

24 jun 2016 . Actualizado a las 07:28 h.

Mariano Rajoy llevaba la campaña electoral razonablemente controlada, sin sobresaltos, con un argumentario ajustado al milímetro, cuando de repente, a cuatro días de las elecciones, le estalló el caso del ministro Jorge Fernández Díaz. Sus tres adversarios políticos le han saltado a la yugular, tratando de acorralarlo y anular sus mensajes. El PP, con Rajoy y el propio ministro en funciones a la cabeza, están tratando de minimizar daños. La estrategia es no hablar de lo que dicen Fernández Díaz y el director de la Agencia Antifraude catalana, Daniel de Alfonso, en su conversaciones, centrarse en que se trata de grabaciones ilegales y presentarse como víctimas de un complot para perjudicar al PP. 

Quién hizo las grabaciones

En esa línea, el presidente del Gobierno, que ha respaldado a su ministro y amigo personal, pasó ayer al contraataque. «Acusarnos de una conspiración antiindependentista al jefe de la Oficina Antifraude del Parlamento de Cataluña, que fue nombrado por dos tercios de sus miembros, y al ministro del Interior no deja de ser una broma», aseguró. Además, sostuvo tajantemente que esta «historia», como calificó el caso de las grabaciones, «no va a producir ningún efecto en ninguna campaña y criticó el «intento de aprovechamiento» por parte de sus rivales.

Rajoy volvió a intentar darle la vuelta al asunto, sin entrar a valorar lo que dicen el ministro y Daniel de Alfonso en sus conversaciones, al asegurar que lo que le preocupa es que se grabaran esas conversaciones -que es «lo fundamental» y algo «muy desagradable y contrario a la ley y al Estado de derecho»- hace dos años y las saquen ahora, en vísperas de las elecciones. Para Rajoy, de lo que se trata es de averiguar quién hizo las grabaciones. «Eso es lo que hemos ordenado investigar y creo que tenemos posibilidades reales de llegar a saber quién ha hecho esta suerte de grabaciones», afirmó. En su opinión, las conversaciones tan solo ponen de manifiesto que sus dos protagonistas cumplen con su obligación de perseguir los delitos. 

Prácticas mafiosas

Fernández Díaz continuó la misma línea de defensa que inició tras darse a conocer las grabaciones. Volvió a presentarse como la víctima de una práctica «mafiosa» y reprochó que los demás partidos pidan su dimisión. Además, aseguró que se niega a renunciar para «no dar ese gusto» a los independentistas. El ministro no quiso comentar el contenido de las conversaciones reveladas, por ejemplo la utilización de la Fiscalía. «No voy a estar comentando lo que en una grabación ilegal, debidamente editada, sesgada y programada se va publicando», señaló.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, se remitió a las explicaciones de Fernández Díaz y redujo las conversaciones a «párrafos grabados hace dos años que salen a cuatro días de las elecciones» del 26J.

Por su parte, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera reiteraron su exigencia de que Fernández Díaz deje el ministerio, aunque apuntaron más alto y señalaron a Rajoy como responsable. Podemos incluso pidió que comparezca ante la Diputación Permanente del Congreso.