Trump sufre su primera gran derrota legislativa al retirar su reforma sanitaria

Adriana Rey WASHINGTON

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El no de los ultraconservadores echa por tierra la ley que deroga el Obamacare

25 mar 2017 . Actualizado a las 13:11 h.

Donald Trump sufrió este viernes su mayor humillación pública desde su llegada a la Casa Blanca. «La acabamos de retirar», anunció un alicaído presidente de EE.UU. minutos antes de que su plan sanitario para derogar el Obamacare fuera sometido a votación. La falta de apoyo fue el motivo por el cual el liderazgo republicano de la Cámara de Representantes tuvo que cancelar la votación in extremis, ante el boicoteo del ala ultraconservadora, compuesta por una treintena de congresistas agrupados en el Freedom Caucus.

El motín republicano fue celebrado desde las filas demócratas, donde aseguraron que la falta de consenso demuestra a Trump que los enredos de Washington nada tienen que ver con las negociaciones inmobiliarias en Manhattan. El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, fue el encargo de ir a la Casa Blanca y confirmar a Trump lo que ya era un hecho: «Presidente, no tiene los votos suficientes».

Se intentó de todo y hasta el último minuto. Entre idas y venidas por la avenida Pensilvania, el Capitolio y la Casa Blanca, el vicepresidente Mike Pence, así como el jefe de Gabinete, Reince Priebus, y el leal asesor Steve Bannon intentaron vender varios cambios de última hora en el proyecto de ley para apaciguar los ánimos a ambos lados del partido. Pero la negativa estaba ya asentada entre los ultraconservadores, amenazados horas antes por el presidente de EE.UU.: «O ahora, o nunca», les dijo Trump arriesgando su capital político y jugando la carta del buen negociador que aseguró ser al frente de su imperio.

La exigencia que sacó a la Casa Blanca fuera de la sala de negociaciones estuvo lejos de constituir un golpe de autoridad y finalmente el Freedom Caucus obligó al nuevo Ejecutivo a enfrentarse a la paradoja de que los más conservadores de su equipo fuesen los responsables de este segundo bofetón que ya ha supuesto un punto de ruptura (otro más), en las filas republicanas.

Ryan, señalado

En una apuesta de alto riesgo, la Casa Blanca jugó con fuego y se quemó, subestimando al grupo que controla 25 votos de los congresistas que se oponen, cuatro más de los mínimos necesarios para aprobar la propuesta de Trump.

Entre toda la marejada, la tempestad acecha ahora a la relación de los impulsores del plan sanitario: El presidente de EE.UU. y el líder de la Cámara de Representantes. Según The New York Times, Trump habría lamentado haber hecho caso a Ryan al haber comenzado su programa legislativo con el asunto de la reforma sanitaria, en lugar de haber apostado por otras propuestas que hubiesen obtenido más apoyo, como por ejemplo la reforma fiscal. «No voy a endulzar esto, hoy es un día decepcionante», reconoció Ryan.

Atrás quedan los siete años de lucha republicana en Capitol Hill y las más de 50 votaciones para tratar de derogar un Obamacare que de momento sigue sin ser desmantelado. La retirada constituyó un batacazo legislativo que a su vez evidenció la falta de peso de una Administración herida por los halcones, en su primer pulso legislativo.