Algunos de los niños rescatados en Tailandia salieron «dormidos» de la cueva

Agencias

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La Marina tailandesa ha difundido este miércoles las primeras imágenes de los pequeños en el hospital

12 jul 2018 . Actualizado a las 11:48 h.

Se les suministró un «tranquilizante menor» para mantenerlos calmados durante la salida, combatir la ansiedad y evitar escenas de pánico. Lo explicó este miércoles el primer ministro tailandés, Prayut Chan-O-Cha, después de que varios periodistas le preguntasen durante una rueda de prensa si los pequeños habían sido sedados durante el rescate: «Si hubieran estado sedados, ¿cómo habrían podido salir? Se llama ansiolítico, y es algo que los tranquiliza y no los estresa».

Tenían que bucear para poder salvarse, por lo que debían mantenerse despiertos. Los buzos de rescate les enseñaron en tiempo récord, con la dificultad añadida de que muchos de ellos ni siquiera sabían nadar. Ahora se encuentran sanos y salvos, ingresados en el hospital a la espera de un chequeo médico.

Las autoridades tailandesas difundieron este miércoles sus primeras imágenes. En ellas, los niños aparecen sentados en camas con máscaras en la cara y saludando a la cámara, sonrientes, haciendo la señal de la victoria con sus dedos. El director del hospital, Chaiwetch Thanapaisal, explicó que tendrán que permanecer al menos diez días ingresados, tras los cuales se les recomendará una fase de reposo en sus respectivas casas de otros 30.

Sus padres han podido visitarlos, pero de momento no se les permite el contacto directo. Deberán descartarse primero enfermedades contagiosas que hayan podido contraer en la gruta. Las familias de los primeros ocho pequeños rescatados tuvieron que usar trajes especiales y permanecer a dos metros de distancia. Las de los cuatro últimos solo les han visto a través de un cristal.

Uno de los niños de la última fase de rescate sufre una infección pulmonar, por lo que todos ellos han recibido vacunas contra la rabia y el tétanos como medida de precaución. Fuentes médicas confirmaron que, en términos generales, los 12 menores se encuentran en buen estado de salud, aunque han perdido una media de dos kilos durante su cautiverio, algo visible en las imágenes que se difundieron este miércoles.

Los 12 niños, de entre 11 y 16 años, así como su entrenador de 25 años, desaparecieron el 23 de junio en una cueva ubicada en la localidad de Chinag Rai. Huían de las lluvias torrenciales. El agua les dejó atrapados en la gruta y no fueron localizados hasta diez días más tarde.

El rescate comenzó el pasado domingo, 8 de julio, cuando cuatro de ellos consiguieron salir; el lunes fueron rescatados otros cuatro, y el martes los cuatro restantes y el entrenador. Los niveles de oxígeno en la cueva empezaban a ser demasiado bajos.

Para liberar a los niños y a su monitor, que quedó atrapado con ellos, fueron necesarios unos cien efectivos, tanto de Tailandia como de otros países. Otro vídeo publicado por la marina tailandesa en Facebook este mismo miércoles muestra imágenes del operativo, en las que se ven a algunos de los niños en camillas y vestidos con equipos de buceo. También, a buzos tailandeses y extranjeros usando poleas, cuerdas y tubos de goma para sacar a los pequeños de la red subterránea.

Ayuda para el buzo muerto 

El buzo español Fernando Raigal, que ha trabajado en los últimos días en el rescate de los niños y su entrenador atrapados en una cueva en Tailandia, ha decidido poner en marcha una campaña de recogida de fondos para la viuda del compañero que murió en las labores de rescate.

Raigal, amigo personal de Saman Gunan, buzo de 38 años retirado de la Marina tailandesa que perdió la vida durante las labores de rescate, en conversación hoy con Efe, ha asegurado que, tras contactar con la viuda de su compañero, ha decidido iniciar una campaña a través de las redes sociales para recabar ayuda económica para su familia.

La amistad de Raigal con Kuman fue lo que le llevaron a él a participar en este rescate. A través de su perfil en la red social Facebook, el ciudadrealeño ha recordado que él ya está de vuelta a casa, sano y a salvo, para poder seguir ayudando a su familia, algo que «desafortunadamente no es el caso de Saman».

Por eso, ha señalado que ha pedido permiso a su viuda, a través de un amigo común, para poder hacer público una cuenta bancaria donde se puedan realizar ingresos que ayuden al sostenimiento de su familia. «Cualquier donación será muy bienvenida», ha indicado el buzo ciudadrealeño, que durante estos días ha participado activamente en el rescate de los niños atrapados.