La luz hace su agosto con los consumidores

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

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El recibo eléctrico de agosto para una familia media fue un 11 % más caro que un año antes, y el de septiembre, si siguen así de desbocados los precios, estará un 14,6 % por encima

06 sep 2018 . Actualizado a las 07:24 h.

Los analistas ya avisaron hace meses de que el mercado eléctrico tenía mala pinta este año para el consumidor, casi tanto como el pasado, y que los precios no dejarían de subir y subir. Y así es. Agosto se despide dejando en herencia la factura de la luz mensual más cara de este 2018. Así, una familia tipo con un contrato de suministro de energía en el mercado regulado, con una tarifa general (sin discriminación horaria), una potencia contratada de 4,45 kilovatios y un consumo medio al mes de 300 kilovatios hora se dejó en el recibo 68,5 euros. En porcentaje, fue un 6,3 % más caro que el de enero pasado y estuvo un 11,2 % por encima del de agosto del 2017.

Yendo un poco más atrás en el tiempo, resulta que la factura del mes pasado será la más elevada desde enero del 2017 (de 74,50 euros), cuando saltaron todas las alarmas por el disparatado precio que alcanzó el megavatio hora en el mercado. Esta referencia, por cierto, determina alrededor de un tercio de la tarifa eléctrica doméstica. El resto son o impuestos o costes ajenos al consumo de electricidad introducidos por el Gobierno para sufragar su política energética. Entre esos últimos se encuentran conceptos tan dispares como las primas que durante años se concedieron a las renovables para impulsar su crecimiento.

El recibo inició una escalada constante a partir de mayo, a pesar de que había renovables El encarecimiento del precio de la factura doméstica se produce de forma constante desde mayo pasado. Y eso que entonces había en los embalses agua a rabiar y los molinos de viento no paraban de girar y de producir electricidad. Ni la abundancia de energías renovables contribuyó a enfriar los precios, lo que hizo saltar por los aires esa tesis de que las tecnologías verdes abaratan el mercado. Lo hacen, pero no siempre. Así, salvo que la instalación esté parada, la generación de un parque eólico tiene que venderse en el mercado sí o sí; pero no ocurre de este modo en una central hidráulica, salvo que el embalse rebose y a la empresa no le quede más remedio que desaguar. Pero si no es así, la compañía preferirá vender su energía cuando el precio le convenga, lo que se denomina coste de oportunidad. Por eso, aun habiendo mucha renovable, se disparó la cotización de mercado a partir de mayo.

De regreso a la actualidad, septiembre ha comenzado mal. Muy mal. Pinta peor aún que agosto. Si las cotizaciones de los cinco primeros días de mes se mantienen, la familia tipo antes descrita pagará por la luz 70,18 euros, un 2,4 % más que el mes anterior y un 14,6 % por encima de lo que pagó durante el mismo período del 2017.

Los importes de las facturas están calculados a partir del simulador que tiene disponible el operador del sistema eléctrico (REE) en su página web, a través del cual se puede obtener el coste del término de energía para un período y un consumo concretos. A este hay que sumarle luego la potencia contratada (a 0,112757 euros el kilovatio y día), y aplicarle primero el impuesto eléctrico (5,12 %) y luego el IVA (21 %).

El mercado, en máximos

El megavatio hora en el mercado eléctrico dará hoy un respiro y bajará a 71,04 euros de media diaria, tras el máximo anual de 74,58 de ayer. Este dato es muy inferior al récord horario, de enero del 2017, cuanto se tocaron los 91,88 euros, debido a la ola de frío.

Fuentes del sector consultadas por Europa Press atribuyen este incremento de las cotizaciones al descenso en la oferta de energía eólica, que ha sido reemplazada por el carbón, que está en máximos ante el encarecimiento de los derechos de emisión de CO2, y a la subida del gas natural como consecuencia del alza del crudo de los últimos días.

La ministra de Transición Ecológica explicará los incrementos en el Congreso La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, tiene previsto comparecer en el Congreso de los Diputados el próximo día 19 para explicar el incremento de precios en el mercado eléctrico de los últimos meses, que se ha agudizado en agosto con un encarecimiento del 35,5 % con respecto al mismo mes del año pasado.

Este verano, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ya mostró su preocupación por el «alto» precio actual de la energía, a pesar de tratarse de una «situación coyuntural», y aseguró estar preocupada por si había «algo más» detrás de este encarecimiento, por lo que anunció que estaba realizando un «análisis del comportamiento» para «garantizar que el mercado funciona correctamente», una investigación para la que el Ministerio de Transición Ecológica había ofrecido su «colaboración». 

Reunión con Portugal

Además, a mediados de agosto el propio secretario de Estado de Energía, José Domínguez, se reunió con su homólogo portugués, Jorge Seguro Sanches, para tratar el alza de los precios de la electricidad en ambos países, «una situación que preocupa y ocupa a los Gobiernos de España y Portugal». Ambos países acordaron hacer un seguimiento coordinado del problema.

Las tarifas planas también reflejarán el repunte

j. m. c.

Hasta ahora, casi un 60 % de los consumidores se encontraban ajenos a los vaivenes de la subida que ha experimentado el precio de la luz durante los últimos meses, porque tienen contratadas tarifas fijas que les permiten pagar lo mismo independientemente de los costes que registra el mercado mayorista. Sin embargo, buena parte de estos clientes que han optado por los precios liberalizados pueden ver truncada su tranquilidad cuando las compañías eléctricas vayan incrementando los precios de las ofertas que comercializan actualmente.

Lo harán, previsiblemente, cuando vayan liquidándose los contratos que ahora se encuentran en vigor. Habitualmente, se firman por un plazo de un año.

Hasta ahora, existen unas 40 ofertas en el mercado libre con mejores precios que los del regulado (el precio voluntario para el pequeño consumidor o PVPC), según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Porque, a medida que han transcurrido los últimos meses, el cómputo anual de lo que una familia gasta en luz con el PVPC ha ido ascendiendo hasta, aproximadamente, los 730 euros anuales (unos 61 euros por mes), frente a los poco más de 650 que se llegaban a pagar hace un año.

Con el vencimiento de los contratos, las opciones de venta serán más elevadas porque las propias eléctricas también tienen que asumir el coste más alto de generación y trasladarlo a las facturas de sus clientes liberalizados, que siguen siendo mayoritarios. De hecho, en las épocas en las que el mercado ha subido repentinamente y las compañías no han podido trasladar esa realidad a sus tarifas libres, sus negocios liberalizados han sufrido mermas económicas.

La multitud de ofertas de comercializadoras que se han ido sumando a este mercado hace posible que, si un cliente sufre una subida repentina de su factura al terminar su contrato en vigor, pueda escoger otra más asequible, siempre que analice las condiciones de la misma, tal y como aconseja la CNMC habitualmente.

Los últimos datos de distribución de clientes, relativos a febrero de este año, reflejan que más de un 57 % de los consumidores optan ya por las tarifas libres, frente a poco más de un 42 % que se mantienen con el PVPC y sus precios variables diarios. Es una tendencia que ha ido avanzando, a favor del mercado liberalizado, desde que en noviembre del 2015 los clientes de esta opción superaran por primera vez a los acogidos al regulado.