El dilema de la isla Sentinel: ¿rescatar un cadáver o salvar a la última tribu preneolítica?

La Voz REDACCIÓN

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Imagen de un habitante de la isla de Sentinel captada por los guardacostas indios en 2004
Imagen de un habitante de la isla de Sentinel captada por los guardacostas indios en 2004

Los expertos desaconsejan tratar de recuperar el cuerpo de John Chau, el misionero que murió por las flechas de los aborígenes en el remoto territorio indio de acceso prohibido, mientras que miembros de la iglesia evangélica de EE. UU. reclaman que sea «llevado a casa»

03 dic 2018 . Actualizado a las 18:26 h.

Siete personas han sido detenidas por su relación con la muerte del misionero estadounidense John Allen Chau el pasado 17 de noviembre en una remota isla de la India, pero ninguna de ellas es autora material del crimen. De hecho, a los homicidas nadie tiene intención de detenerlos. Chau fue víctima de las flechas de la tribu que habita desde hace decenas de miles de años la isla de Sentinel del Norte, un territorio al que el Gobierno indio prohíbe acceder para proteger precisamente a sus habitantes. El estadounidense logró llegar allí con la ayuda de un grupo de pescadores -ellos son los arrestados- y pereció cuando se aproximaba a la isla en un kayak. Ahora parte de la iglesia evangélica estadounidense, a la que pertenecía, reclama que su cadáver sea recuperado, mientras que expertos en antropología y organizaciones defensoras de las poblaciones aborígenes alertan de lo desaconsejable de la operación por el riesgo que supondría tanto para el personal que lo intentase como para los propios habitantes de la isla, considerada por los antropólogos como la última tribu preneolítica del mundo.

¿Quién era John Allen Chau?

 Chau, de 27 años, era un viajero estadounidense, amante de las rutas al aire libre que, desde el año pasado, se había unido a la organización de misioneros All Nations. Con la intención de evangelizar a los habitantes de Sentinel del Norte, una isla perteneciente al archipiélago indio de Andaman y Nicobar, trató de llegar al lugar con la ayuda de unos marineros, pero no tuvo tiempo de iniciar su misión. «Su familia merece que el cuerpo de John sea llevado a casa donde puede ser enterrado», señaló la semana pasada el presidente de la organización Covenant Journey, Mat Staver, en declaraciones recogidas por AFP. 

De hecho parte de la iglesia evangelista de EE. UU. considera a Chau un mártir y enmarca su historia en la de los cristianos que dieron su vida durante siglos cuando difundía la doctrina cristiana, como el predicador Tony Suárez.

Los pescadores que lo llevaron a la isla declararon después que vieron a la tribu enterrar su cadáver en la playa.

¿Quiénes son los habitantes de Sentinel del Norte?

 La comunidad de la isla está formada por unos 150 individuos que viven de la recolección y la caza y que están considerados descendientes de los primeros humanos que llegaron a Asia procedentes de África hace 60.000 años. Viven de manera autárquica desde hace siglos, sin ningún contacto con el mundo exterior. El Gobierno indio prohíbe a cualquier visitante acercarse a menos de cinco kilómetros de distancia de la isla.

¿Por qué son tan agresivos?

Además del instinto de protección, según Anup Kapoor, profesor de antropología de la Universidad de Nueva Delhi, el exterminio al que fueron sometidos en su día determina su comportamiento con extraños, sobre todo si van uniformados.  «Lo que sabemos es que fueron asesinados y perseguidos por los británicos y los japoneses. Odian a cualquier persona en uniforme. Si ven a alguien en uniforme, lo matan enseguida», señaló el experto en declaraciones recogidas por AFP.

¿Qué riesgos entraña intentar recuperar el cuerpo?

Esta agresividad es uno de los motivos que convierten cualquier intento de rescate del cadáver en una operación de alto riesgo, pero también resulta determinante (quizá más incluso) la propia supervivencia de los habitantes de la isla, que podría verse gravemente amenazada por el contacto con extraños, ya que su sistema inmunitario no está adaptado a los agentes infecciosos actuales. «Cualquier intento de este tipo es sumamente peligroso, tanto para los funcionarios indios, como para el pueblo de los sentineleses, que podría ser exterminados si se producen enfermedades exteriores», señaló la organización de protección de pueblos autóctonos Survival International. «El riesgo de una epidemia mortal de gripe, de sarampión o de otra enfermedad exterior es real», añadió la ONG.

 Los antropólogos también destacan el daño que supondría poner fin al estilo de vida que ha propiciado su total aislamiento, que los sitúa a una distancia abismal de realidades tan cotidianas como la electricidad o Internet. «Los derechos y deseos de los sentineleses deben respetarse, y no se gana nada acentuando el conflicto y las tensiones», argumentó Survival International.

¿Hay antecedentes de sucesos similares?

Los sentineleses siempre han mostraron agresividad ante cualquier contacto del exterior. El caso más reciente se produjo en el año 2006 cuando dos pescadores se desviaron accidentalmente hacia la isla mientras dormían y fueron asesinados. Una semana después sus cadáveres fueron colgados de estacas de bambú frente al mar. 

Las autoridades indias continúan investigando el comportamiento de los indígenas, con ayuda de antropólogos y expertos en estas comunidades «para avanzar en el caso».