Portugal resiste el primer intento de los «coletes amarelos» de parar el país

BEGOÑA ÍÑIGUEZ LISBOA / CORRESPONSAL

ACTUALIDAD

TIAGO PETINGA | Efe

Apenas hubo incidentes en las protestas en 17 ciudades, salvo en Lisboa y Oporto

22 dic 2018 . Actualizado a las 09:05 h.

Portugal no se paralizó este viernes como esperaban los chalecos amarillos lusos -coletes amarelos en la versión del país vecino- y las manifestaciones celebradas de forma simultánea en las 17 principales ciudades se saldaron con algunos incidentes, cortes de tráfico y poco más.

Cientos de personas, en su mayoría transportistas descontentos, vestidas con llamativos chalecos reflectantes, acudieron al llamamiento del movimiento «Vamos a parar Portugal» contra la precariedad, los bajos salarios y el aumento de la carga fiscal en el país. La convocatoria se realizó en una semana a través de las redes sociales. Los coletes amarelos no consiguieron su objetivo de interrumpir el tráfico en los principales accesos a los núcleos urbanos, a pesar de que se colocaron, desde las siete de la mañana, en puntos estratégicos como los puentes Vasco de Gama y 25 de abril en Lisboa, en el acceso a la autopista A28, en la zona de Francos y en el puente d O Freixo, en Oporto, además de en la entrada de la autopista A1 en Braga, en dirección a Galicia.

Cuatro detenidos

Casi todas las manifestaciones se realizaron pacíficamente. Los momentos de más tensión se vivieron por la mañana en el centro de Lisboa y de Oporto, con 4 detenciones, tres en la capital lusa y una en la ciudad del Duero.

«Los portugueses son un pueblo pacífico y tranquilo, sin la tradición de grandes manifestaciones y protestas de los franceses», afirmaba el jueves el presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa. El jefe del Estado recordaba, ayer, al margen de las manifestaciones de los chalecos amarillos, «la necesidad de reajustar el sistema político, no solo en Portugal también en el resto de Europa, ante este tipo de situaciones». «Los tiempos están cambiado vertiginosamente y los políticos se tienen que adaptar a la misma velocidad, saber reaccionar y dar soluciones», añadió.

Un inusual dispositivo policial

La Policía de Seguridad Pública (PSP) y la Guardia Nacional Republicana (GNR) desplegaron un fuerte e inusual dispositivo de seguridad desde la madrugada, hasta bien entrada la noche, cuando todos los manifestantes se dispersaron. Más de 20.000 agentes se dividieron entre los 25 puntos, de las 17 ciudades donde estaban convocadas las protestas. En la plaza del Marqués de Pombal, de Lisboa, fue donde tuvieron lugar los incidentes con más tensión que desembocaron en tres detenciones, cuando varios manifestantes intentaron saltar el cordón policial, cortar el tráfico y marchar por la avenida da Liberdade, hacia el Parlamento. En Marqués de Pombal estuvo José Pinto Coelho, el líder del PNR, un partido de extrema derecha que no cuenta con representación parlamentaria.

Las protestas terminaron a última hora de la tarde, en Lisboa, delante del palacio de Belem, la residencia oficial del presidente de la República, con varias decenas de manifestantes.