El secreto más sabroso de Lisboa

Begoña Íñiguez LISBOA

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Begoña Iñiguez

Lo imitan, pero sin éxito: el «bolo» de la Confeitaria Nacional es el«rei»

24 dic 2018 . Actualizado a las 11:16 h.

Si hay un postre estrella que presida las mesas navideñas en Portugal, sea cual sea la condición social de los comensales, y el pueblo o la ciudad donde se encuentren, ese es el bolo rei. Tiene un aspecto brillante y forma redondeada, similar a la de nuestro roscón de Reyes, aunque se elabora con una masa totalmente diferente, mucho más compacta y consistente, rellena de frutos secos y frutas caramelizadas, y que se come durante toda la Navidad.

La culpa de que el bolo rei se haya convertido en una tradición, de norte a sur del país, en esta época del año, la tiene Balthazar Castanheiro, el hijo del fundador de la pastelería más veterana de Lisboa, la Confeitaria Nacional, que abrió sus puertas en 1829. En 1870, tras un viaje de negocios a Toulouse (Francia), Balthazar se enamoró del bolo, trayéndose a Lisboa no solo la receta original, sino a todos los pasteleros que lo elaboraban en la ciudad francesa. «Con ellos llegó también su secreto, que hemos guardado celosamente hasta hoy entre nosotros», confiesa a La Voz Rui Castanheiro Viana, su actual propietario y descendiente directo de Balthazar. «Casi 190 años después continuamos el negocio, en este edificio emblemático, donde nos encontramos, en la plaza da Figueira», señala. «Hoy fabricamos más de 100 variedades de dulces y pasteles, aunque nuestro buque insignia e imagen de marca sigue siendo el bolo rei». Decenas de personas hacen fila a la puerta de la Confeitaria Nacional. «Vengo a comprar aquí el bolo rei, desde hace 40 años», dice Rita. «Es el mejor de Lisboa, no solo por su elaboración artesanal, sino porque es el auténtico, los demás no saben igual», termina. Para Pedro, que lleva en la cola más de media hora, «esta espera compensa porque está buenísimo y, una vez que lo pruebas, no quieres otro».

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Un proceso artesanal

Rui Viana adelanta que en todo el período navideño, entre el 20 de diciembre y el 6 de enero, fabrican dos toneladas de bolo rei. «Hay días que nuestros pasteleros no dan abasto, porque el proceso de elaboración es totalmente artesanal y se tarda más en hacerlos». A la entrada del obrador, varias personas preparan cuidadosamente las frutas cristalizadas y los frutos secos, que luego se introducirán en el bolo rei. Hélio Monteiro, uno de los pasteleros, explica, mientras mezcla la mantequilla y el azúcar en la amasadora, a la que luego añadirá la levadura, la leche, la harina y los huevos, que «este bolo rei es único, no solo por sus ingredientes, 100 % naturales, sino por esta manera de trabajar la masa, durante cuatro horas, y por su secreto, que hace que aguante tres días sin quedarse revenido». Al preguntarle si conoce ese secreto, declara entre risas: «Ya me gustaría, pero solo lo sabe nuestro maestro pastelero, que lleva trabajando aquí toda la vida, y el dueño».

Para Rui Viana, «la clave del éxito es haber preservado la fórmula y apostado por la calidad de la materia prima». Y concluye: «Nos han salido multitud de imitadores, porque en cualquier pastelería o supermercado se vende el bolo rei, aunque la nuestra es la receta original y la más antigua del país».