¿Por qué el 2 de febrero no es un día más?

U.R. LA VOZ / REDACCIÓN

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JASON COHN | reuters

Si hace un día soleado habría que esperar, todavía, un largo invierno. Si llueve, lo peor habrá pasado

01 feb 2023 . Actualizado a las 15:42 h.

El 2 de febrero hay que mirar al cielo. Es el día en el que sabremos cómo será el tiempo para lo que queda de invierno. ¿Está la primavera a la vuelta de la esquina? Al menos, es lo que dice la sabiduría popular (con permiso de los meteorólogos). El 2 de febrero coincide con la mitad del período entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera, es decir, quedará justo la mitad de la estación invernal por superar. Los días comienzan a ser más largos y se celebra el triunfo de la luz tras haber superado lo peor de la oscuridad.

Según la tradición, el tiempo que haga el día en que se celebra la fiesta litúrgica de la Virgen de la Candelaria es determinante para la evolución de los siguientes meses.

Desde hace siglos, los agricultores esperaban a este día para saber si podían o no iniciar la siembra. Los refranes y las canciones populares dejan constancia de la creencia: «Si por la candelaria plora (llueve), ya está el invierno fora. Y si no plora, ni dentro ni fora. Pero si da en reír (hacer sol), el inverno por venir. Y si no ha nevado y quiere nevar, invierno por comenzar». Es decir, si mañana hiciera un día soleado habría que esperar, todavía, un largo invierno. Si llueve, y todo indica que lloverá, lo peor habrá pasado.

En el siglo V, los celtas creían que los animales tenían ciertos poderes sobrenaturales ese día, 40 después de Navidad y 40 antes de Pascua.

El Día de la Marmota

Lo cierto, es que la mayoría del mundo conoce el 2 de febrero como «El Día de la Marmota». La marmota Phil sale de su madriguera en Punxsutawney, Pennsylvania, para hacer su peculiar pronóstico de la llegada de la primavera.

Si hace un día soleado, la marmota verá su sombra y se volverá a meter en su guarida, para esperar a que termine el invierno durante seis semanas más. En cambio, si es un día nublado, no verá su sombra y la primavera se adelantará.

Una tradición que, desde 1993, cobró un sentido diferente y más global. La culpa la tuvo Bill Murray y la película Atrapado en el tiempo. Phil Connors, un periodista gruñón y antipático se ve condenado a revivir, una y otra vez, el mismo día. El 2 de febrero.

¿Suele acertar Phil? En el 2001 un equipo de estadísticos de Vermont publicó un estudio que demostraba que la marmota tenía una probabilidad de acierto del 70,4%, eso sí, solo a nivel local.

Lo cierto es que, aunque Phil pueda puede servir como oráculo de primavera, científicamente, el propósito real de la marmota no es saber cuánto queda de invierno, sino iniciar su ritual de apareamiento. Está empezando a buscar pareja y sale a tantear el terreno.