El personaje de Anna Llenas ha pasado del libro original a los peluches y el juego de mesa. Ya tiene ofertas para saltar a la animación
06 mar 2019 . Actualizado a las 13:34 h.Empezó siendo un libro y, con el tiempo, se ha convertido en todo un universo. Se trata de El Monstruo de los Colores, ese personaje creado por la ilustradora Anna Llenas con el que los niños aprenden a descubrir sus propias emociones. De las páginas de ese best seller infantil han nacido muñecos de peluche, una obra de teatro, tazas de desayuno o cuadernos para colorear.
¿Su última parada? Un juego de mesa que culmina un deseo de la autora: «Llevaba tiempo buscando la manera de llevar esto al juego de mesa. La empresa Devir se le ocurrió, lo desarrolló y yo controlé todo el diseño gráfico».
El juego tiene dos características especiales. Primero, no es competitivo, sino colaborativo. Segundo, obliga a abrirse emocionalmente hablando de miedos, alegrías y estados de calma. «Yo quería un juego chulo para disfrutarlo en familia y que, al mismo tiempo, tuviese el contenido de las emociones», señala .
Lo ha logrado, ampliando la gama de productos de una saga que podía dar en breve el salto a la pequeña pantalla: «Lo hemos pensado. Hemos tenido alguna oferta y lo estamos valorando, pero es algo muy complicado. No digo ni que sí ni que no, pero está ahí. Sería bonito que pasase».
En la actualidad Anna Llenas es madre, pero curiosamente cuando ideó El Monstruo de los Colores ese momento quedaba lejos: «Al hacerlo pensé en las emociones y cómo las habíamos tratado en nuestra educación. Cuando yo era pequeña no se hablaba de ello, especialmente en las emociones las más difíciles. Yo no tenía hijos, pero creía que sería bonito hacer un libro que permitiera a padres e hijos poder hablar de lo que sienten».
El éxito fue espectacular, trascendiendo fuera de España y siendo traducido a más de 30 idiomas. «Era mi primer libro y no tenía esa idea de éxito ni de broma. Pero lo que más me ha sorprendido y me sigue sorprendiendo es cuando ha sido traducido a otros países y ves que funciona fuera de aquí», concluye.