El instituto donde estudió Trump escondió sus notas

carlos pérez cruz WASHINGTON / E. LA VOZ

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Tom Brenner | AFP

La escuela reconoce que sufrió presiones de poderosos amigos del presidente para no hacerlas públicas

07 mar 2019 . Actualizado a las 08:05 h.

Era una de las funciones del que fue durante diez años pitbull de Donald Trump, su exabogado Michael Cohen: «Amenazar a compañeros de instituto, universidad y a la junta universitaria para que no hicieran públicas» las calificaciones de su cliente. Así lo explicó Cohen en su comparecencia la semana pasada ante un comité de la Cámara de Representantes, para lo que aportó una carta que redactó en el 2015, siguiendo, según dijo, las directrices de Trump, dirigida al presidente de la Universidad Fordham. En la misiva, confirmada por la institución académica, se advertía de las graves consecuencias penales que podrían afrontar los responsables de una teórica publicación de las notas del presidente. Amenazas innecesarias, dado que la Ley de Privacidad ya lo prohíbe.

El celo con el que Trump esconde sus calificaciones, aunque presuma de haber sido un gran estudiante, no fue óbice para que en el 2011 retara a Barack Obama a que mostrara las suyas para probar que no había sido un «estudiante terrible», insinuando que no estaba cualificado para entrar en las universidades de Columbia y Harvard, donde Obama acabó graduándose con honores. Irónicamente, tal y como explicaba The Washington Post, días después de aquella provocación, Evan Jones, el director de la Academia Militar de Nueva York, un internado en el que ingresó Trump cuando tenía 13 años y en el que permaneció un lustro, recibió una orden de su superior para que buscara sus notas y le ayudara a esconderlas.

Según relató, el superintendente Jeffrey Coverdale se le acercó «en estado de pánico porque le habían abordado unos alumnos muy importantes y ricos de la escuela que eran amigos de Trump» y pretendían mantener en secreto sus registros académicos. Coverdale le pidió que los encontrara y se los pasara porque necesitaba «dárselos», dijo Evans. La versión del superintendente es que miembros de la junta directiva le solicitaron los documentos, pero que él se negó a entregárselos y los ocultó en el campus. Fue «la única vez» que hizo algo así, pero oculta la identidad de los autores de la petición. «No quiero meterme en problemas con estos tipos», se excusó Coverdale.