La UE, lista para la inminente petición de prórroga del «brexit»

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

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El presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, y la canciller alemana, Angela Merkel, se despiden tras su reunión de ayer
El presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, y la canciller alemana, Angela Merkel, se despiden tras su reunión de ayer CLEMENS BILAN | EFE

May se queda sin margen de maniobra y fía su suerte a los 27

19 mar 2019 . Actualizado a las 07:59 h.

El presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, llama al orden. Su peculiar y estridente voz, perfectamente modulada para reclamar la atención de los indisciplinados diputados de Westminster, todavía resuena en la cabeza de Theresa May, a quien ayer trasladó una angustiosa advertencia: el acuerdo del brexit no podrá someterse hoy a una tercera votación si no se le hace un lavado de cara

El giro inesperado de los acontecimientos también ha cogido por sorpresa a la UE, todavía perpleja por los tirabuzones imposibles que está dando el brexit a solo diez días de que se consuma el divorcio. ¿Qué escenarios maneja ahora la UE? Absolutamente todos. Los ministros se afanan en preparar el terreno para que los líderes europeos tomen una decisión en la cumbre que arrancará este jueves en Bruselas. El presidente del Consejo, Donald Tusk, se reunió ayer con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, para tratar de forjar una postura común. «Los ministros trabajarán hoy en clarificar las consecuencias políticas y legales de cualquier vía», explican fuentes de la institución.

Por ahora no existe unanimidad para responder a una eventual demanda de prórroga de los británicos. Países como España, Francia y Holanda han manifestado su voluntad de exigir a Londres explicaciones claras en torno al porqué del tiempo extra. «Lo ideal sería que aceptasen el acuerdo y dar una prórroga técnica para la salida (…) Si no quieren salir, no quieren el acuerdo y no quieren el referendo, parece que tendrán que explicar qué es lo que quieren», deslizó ayer el ministro español de Exteriores, Josep Borrell, antes de advertir a los británicos de que si lo que quieren es otro acuerdo tendrán que «mover sus líneas rojas».

Alemania y Austria se inclinan por una extensión limitada, que no interfiera en las elecciones europeas. Irlanda ha manifestado su apoyo a una prórroga de hasta 21 meses, tiempo suficiente para replantear el brexit e incluso precipitar un segundo referendo, la opción preferida de Luxemburgo para salir del bloqueo. Solo Lituania y Bélgica han mostrado públicamente su preferencia por cerrar el capítulo del brexit el 29 de marzo, como estaba previsto. No quieren seguir retrasando la salida. Alegan que solo aumentará la incertidumbre para las dos partes. El ministro de Exteriores belga, Didier Reynders, trató de matizar ayer la posición de su país al asegurar: «No estamos en contra de una extensión, el problema es: ¿Para qué?».

Lo único que en Londres tienen claro a estas alturas es que «el riesgo de parálisis del brexit no ha remitido», admitió su secretario de Estado de Exteriores, Jeremy Huny. El drama continúa y el riesgo de un accidente es más alto que nunca.