La agresividad de los niños depende del estrés, no de la testosterona

La Voz REDACCIÓN

ACTUALIDAD

NIÑOS HACIENDO LA COLA EN UN COLEGIO
NIÑOS HACIENDO LA COLA EN UN COLEGIO PRADERO

Un estudio de la Universidad del País Vasco, que analiza el compartamiento de los niños. lo demuestra

16 abr 2019 . Actualizado a las 20:36 h.

Los altos índices de agresividad que presentan algunos niños no dependen de la testosterona, sino del estrés. Es la conclusión a la que ha llegado un estudio de la Universidad del País Vasco, que analizaba las diferencias de conducta entre niños y niñas. Mientras en el caso de las pequeñas se apela a unos niveles bajos de testosterona y altos niveles de empatía, en el caso de los varones la explicación a su comportamiento se encontraba en la presencia de altos índices de cortisol, la hormona asociada al estrés.

El estudio, llevado a cabo en el Departamento de Procesos Psicológicos Básicos y su Desarrollo de la Facultad de Psicología, ha concluido que la testosterona y el cortisol modulan los efectos de la empatía sobre la agresividad en niños y niñas. Los investigadores se han centrado en analizar los mecanismos psicobiológicos que puede haber detrás de la conducta agresiva infantil.

Según explicó la profesora Eider Pascual-Sagastizabal, han abordado el estudio de la conducta agresiva infantil «con diferentes variables de corte biológico, psicológico y social». Sin embargo, precisó: «Pero estamos hablando de un tipo de conducta agresiva leve, normativa, que es inherente al propio ser humano, y hemos trabajado con población normativa, es decir, no son niños que tengan problemas de conducta».

El trabajo ha sido publicado en la revista científica Psichoneuroendocrinology, donde se han dado a conocer los datos del estudio realizado en torno a los niveles hormonales de la testosterona, el estradiol y el cortisol y a la capacidad empática de niños y niñas de ocho años.

El objetivo fundamental de este trabajo ha sido «ver si existe alguna interacción a nivel biológico y psicológico que pudiera explicar la conducta agresiva de niñas y niños y saber si esa conducta puede explicarse por diferentes mecanismos psicobiológicos en niños y niñas», ha añadido. Los datos indican que «efectivamente, existen marcadores psicobiológicos de la conducta agresiva, es decir, hay variables de corte psicobiológico que explican la conducta agresiva infantil», ha señalado la investigadora.