Hong Kong se rebela contra la ley de extradición a China

María Puerto PEKÍN / E. LA VOZ

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El céntrico Victoria Park, donde se convocó a los manifestantes, estuvo abarrotado durante nueve horas y coloreado de blanco, el color elegido para esta protesta
El céntrico Victoria Park, donde se convocó a los manifestantes, estuvo abarrotado durante nueve horas y coloreado de blanco, el color elegido para esta protesta JEROME FAVRE | Efe

Un millón de manifestantes participaron en una protesta pacífica que terminó en disturbios frente al Parlamento

10 jun 2019 . Actualizado a las 07:19 h.

Un millón de manifestantes protestaron este domingo en Hong Kong contra el proyecto de ley de extradición que permitirá que residentes en la excolonia sean detenidos y trasladados a China para ser juzgados bajo sus leyes. La manifestación ha sido una de las más grandes y unitaria que se ha visto en la historia de la excolonia, incluidas las concentraciones de la Revolución de los Paraguas, y enviaba un potente mensaje de rechazo a Pekín y al Gobierno de Hong Kong.

Una auténtica marea blanca, el color elegido para la protesta, abarrotó ayer el centro de Hong Kong durante más de nueve horas para mostrar su rechazo al proyecto de ley de extradición. La manifestación transcurrió de forma pacífica, pero al final y de madrugada se registraron incidentes violentos cuando algunos manifestantes intentaron forzar la entrada al Parlamento.

Los opositores a la nueva de ley denuncian qué da carta blanca a China para extraditar a cualquier supuesto sospechoso, incluidos activistas prodemocracia o disidentes, para ser juzgados bajo sus sistema legal que no es transparente, ni respeta la separación de poderes.

Es la protesta que ha generado más consenso en la última década y ha unido contra el Gobierno no solo a la oposición política y a los activistas prodemocracia, también a gran parte de la sociedad civil, desde abogados a empresarios, que temen que la nueva ley también restrinja la seguridad jurídica, uno de los principales atractivos de Hong Kong.

Los críticos, denuncian que el proyecto de ley es una nueva injerencia china para recortar las libertades en Hong Kong. En 1997, cuando Londres devolvió la soberanía de Hong Kong, Pekín se comprometió a mantener su sistema jurídico y legislativo durante 50 años, bajo la política de «un país, dos sistemas».

La jefa del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, defiende que la nueva ley es una herramienta necesaria para combatir el crimen transnacionales. Ha intentado tranquilizar a la opinión pública introduciendo excepciones para casos de persecución política o religiosa. También ha añadido el compromiso que solo se extraditarán a sospechosos de delitos que merezcan más de seis años de condena.

Pero existen serios temores a que la Administración de Hong Kong no sea capaz de resistir las peticiones chinas de extraditar por motivos políticos a disidentes u opositores acusándolos de delitos comunes.

Un temor que tiene su justificación en la memoria pública de los habitantes de la excolonia que recuerdan el caso de los cinco libreros que desaparecieron, se cree que detenidos de forma ilegal por policías chinas. Eran responsables de una pequeña editorial en Hong Kong que publicaba biografías controvertidas sobre los líderes chinos. Algunos parecieron al cabo de meses en la televisión china confesando crímenes comunes, como delitos de tráficos y fueron condenados a años de cárcel.

El proyecto de ley de extradición se empezará a debatir en el Parlamento este miércoles y el Gobierno espera aprobarla antes de finales de julio.