Los manifestantes desafían las prohibiciones y llenan las calles de Hong Kong

María Puerto PEKÍN / E. LA VOZ

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El humo envuelve una calle después de que manifestantes incendiaran una barricada durante la protesta en Hong Kong
El humo envuelve una calle después de que manifestantes incendiaran una barricada durante la protesta en Hong Kong ANUSHREE FADNAVIS | Reuters

El Gobierno incapaz de reconducir la situación, pese a las amenazas y la oleada de detenciones

31 ago 2019 . Actualizado a las 19:06 h.

La policía de Hong Kong utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua contra decenas de miles de manifestantes que este sábado volvieron a llenar las calles de Hong Kong, desafiando la prohibición de las autoridades de concentrarse.

Hong Kong vivió una nueva jornada de tensión y el Gobierno de Carrie Lam no parece capaz de reconducir la situación. Ni la oleada de detenciones contra las caras más visibles del movimiento prodemocrático del viernes, ni la prohibición de manifestarse ha frenado a la población que una vez más colapsó el centro administrativo de la ciudad. Los activistas prodemocracia aseguran que no se dejaran intimidar y suman trece semanas consecutivas de movilizaciones.

La marcha discurrió de forma pacífica a primera hora de la tarde, pero por la noche se volcaron contenedores, incendiaron barricadas y lanzaron cócteles de gasolina contra la policía. Las fuerzas antidisturbios actuaron con contundencia, hubo decenas de detenidos y heridos. Se lanzaron gases lacrimógenos y cañones de agua mezclados, por primera vez, con tinta azul con el objetivo de poder identificar a los manifestantes. La protesta era ilegal y los participantes pueden ser acusados de un delito penado entre tres y cinco años de cárcel.

Y una vez más el movimiento demostró su capacidad de respuesta. Al poco tiempo se distribuyó en las entradas del metro y en la calle toallitas, camisetas y zapatillas para que los manifestantes pudieran cambiarse.

Los activistas se organizaron a través de las redes sociales demostrando que no necesitan líderes. Aplicando su ya famoso lema, inspirado en Bruce Lee, «se cómo el agua» y que significa adáptate y sé flexible. Organizaron durante la jornada diferentes concentraciones que fueron avanzando por la ciudad.

Se convocó una marcha religiosa, ya que no necesitan autorización, para orar por «los pecados de Hong Kong». Incluso apareció un hombre disfrazado de Moisés llevando una tabla con las cinco reivindicaciones: retirada de la ley de extradición, dimisión de Carrie Lam, liberación sin cargos de todos los detenidos, investigación independiente sobre los abusos policiales y reformas democráticas.

Al mismo tiempo hubo una convocatoria para ir de compras por el distrito comercial de Causeway Bay. El resultado miles de personas con camisetas negras, mascarillas y paraguas. Los manifestantes se fueron desplazando, cortando las calles del centro, y rodearon la sede del Gobierno donde la policía actuó con más contundencia. Por la noche los disturbios se trasladaron a otros barrios.

Pekín insiste en que hay un «mano negra» que incita las protestas, en una velada acusación a países extranjeros. En el editorial del Diario del Pueblo se advirtió en que no habrá concesiones y si el gobierno de Hong Kong no puedo poner orden, lo hará el Gobierno de China.