Un violador múltiple condenado a 271 años ya goza del tercer grado

La Voz REDACCIÓN

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Tras haber cumplido 17 años, cumplirá el resto de la pena en el Centro de Inserción Social de Algeciras

09 oct 2019 . Actualizado a las 16:19 h.

El profesor de gimnasia que fue condenado en Málaga a 271 años y medio de prisión por 24 violaciones y agresiones sexuales cometidas entre 1997 y el 2002 y que permanecía interno en la cárcel de Albolote (Granada) cumple ya desde el lunes pasado el tercer grado penitenciario que le fue concedido.

Según han indicado a Efe fuentes penitenciarias, el conocido como violador múltiple de Málaga cumplirá en tercer grado lo que le resta de condena en el Centro de Inserción Social de Algeciras (Cádiz), donde permanece desde el lunes pasado, una vez que le fue adjudicado.

Fue el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria 5 de Andalucía, con sede en Granada, quien estimó el recurso interpuesto por este profesor de gimnasia contra la resolución de Instituciones Penitenciarias que el pasado mes de mayo acordó su continuidad en segundo grado. El juzgado revocó esa resolución y acordó la progresión de Juan Carlos G.R. a tercer grado, en la modalidad que estimara oportuna la junta de tratamiento y teniendo en cuenta las circunstancias personales, familiares y laborales del penado, con los beneficios que ello comporta.

Para tomar esa decisión, el juzgado valoró la trayectoria penitenciaria del interno y entendió que «nada se opone por ahora» a la pretendida progresión a tercer grado, teniendo en cuenta que ha «extinguido sobradamente» las tres cuartas partes de su condena y su «intachable conducta» con participación en numerosas actividades de «manera destacada y con calificación de excelente».

El auto recogía que el penado cuenta con apoyo familiar, ha hecho «buen uso» de numerosos permisos de salida, carece de adicciones conocidas con significación criminológica, presenta estabilidad y madurez personal y una actitud favorable al cambio. 

El tercer grado penitenciario supone la capacitación de los internos, por sus circunstancias personales y penitenciarias, para llevar a cabo «un régimen de vida en semilibertad».