El caos, la estrategia republicana para descarrilar el «impeachment» a Trump

carlos pérez cruz WASHINGTON / E. LA VOZ

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LEAH MILLIS | Reuters

Un grupo de congresistas irrumpe en la sala de la investigación y un senador presenta una resolución para condenarla

25 oct 2019 . Actualizado a las 09:08 h.

Para uno de los testigos fue «lo más próximo a una revuelta masiva» que haya vivido el Congreso. No fue la toma de la Bastilla, pero sí una insólita escena de decenas de congresistas republicanos asaltando la sala en la que los comités que investigan las alegaciones contra Donald Trump, susceptibles de derivar en un impeachment, entrevistan a los testigos. Una treintena accedió el miércoles a una zona de acceso restringido del Capitolio al grito de «¡dejadnos entrar!», algunos llevando consigo su teléfono móvil a un espacio donde están prohibidos porque se manejan documentos clasificados.

En palabras del congresista Steve Scalise, protestaban contra el «estilo soviético» de la investigación, que en esta fase preliminar es a puerta cerrada. Ese ha sido el patrón habitual en investigaciones anteriores, por lo que su acción parece más una cortina de humo para complacer a Trump y generar confusión. Causó un retraso de cinco horas en el inicio del testimonio del día.

La ruptura del decoro institucional y la corrección política, el lenguaje faltón del presidente (el miércoles calificó de «escoria» a los republicanos críticos con él), y la transformación del Partido Republicano en el Partido de Trump, explican que lo vivido en el Congreso no desentone con lo que emana de la Casa Blanca. Según Bloomberg, el propio presidente dio su beneplácito a la acción. A través de Twitter, agradeció ayer a los congresistas implicados. Días antes se quejaba de la falta de unidad de estos en su defensa.

Uno de sus más abiertos defensores, el senador Lindsey Graham, pasó en horas de calificar de «locura» la revuelta a desdecirse, según él, al conocer más detalles. «Entiendo su frustración», aseguró, antes de anunciar ayer que presentará en el Senado una resolución para condenar la investigación del impeachment. Graham explicó a The Washington Post que «se le niega al presidente la oportunidad de defenderse». En realidad, el proceso se encuentra en la fase de recopilación de información.

Escasos argumentos

Los republicanos tienen serios problemas para contrarrestar con argumentos la acusación demócrata de que Donald Trump trató de obtener un rédito electoralista chantajeando a un país extranjero. Batallan sobre el supuesto secretismo del proceso -que próximamente será a puerta abierta-, pero eluden a menudo entrar en el fondo de los hechos, que pintan mal para el presidente. Contra lo que pudiera parecer por lo sucedido el miércoles, en la investigación participan por igual demócratas y republicanos. Aquellos que, como indica el protocolo, forman parte de los comités involucrados.