Trump agrava su relación con China al apoyar las protestas en Hong Kong

María puerto PEKÍN / E. LA VOZ

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MARKO DJURICA | Reuters

Pekín amenaza con «contramedidas firmes» en respuesta a la iniciativa de EE.UU.

29 nov 2019 . Actualizado a las 08:50 h.

Llamadas a consultas al embajador norteamericano, exigencias a Washington para que deje de inmiscuirse en los asuntos internos de China y la advertencia de adoptar «contramedidas firmes». Esta ha sido la respuesta de Pekín a la decisión de Donald Trump de aprobar la Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong. Pekín tardó pocas horas en mostrar su malestar ante la medida del presidente estadounidense, aunque de momento las amenazas no han pasado de ser retóricas.

Mientras, en Hong Kong el movimiento prodemocracia celebraba la ley como una victoria para dar visibilidad a su causa. Ayer por la noche se convocó una manifestación de agradecimiento que reunió a miles de personas, muchas con banderas de EE.UU.

Trump ha dado luz verde a una ley que de facto apoya al movimiento prodemocrático de Hong Kong. El decreto exige que cada año se verifique si la excolonia es lo bastante independiente de China para mantener su especial estatus comercial con EE.UU., un acuerdo firmado en 1992 que, por ejemplo, permite que la subida de aranceles impuesta a China no se aplique en Hong Kong. También prevé sanciones para funcionarios chinos que violen los derechos humanos, asilo para los manifestantes detenidos y la prohibición de vender material antidisturbios a China.

El decreto prohíbe vender material antidisturbios a China y prevé asilar a manifestantes Pekín mostró ayer su enojo con duras palabras. En un comunicado, el Ministerio de Exteriores aseguró que la ley «oculta intenciones siniestras», en una clara referencia a la tesis de que detrás de los manifestantes hay potencias extranjeras que intentan desestabilizar China. Además, denunció que «viola gravemente los principios básicos de las relaciones internacionales». El portavoz de Exteriores, Geng Shuang, en su rueda de prensa diaria en Pekín, esquivó concretar las medidas que el Gobierno chino piensa adoptar. «Lo que tenga que venir, vendrá», se limitó a decir. Y el Ministerio de Defensa se sumó a la presión afirmando que el Ejército estaba «decidido y listo» para salvaguardar la soberanía de China y la estabilidad de Hong Kong.

El Ejecutivo de Carrie Lam se unió a las críticas para denunciar que Washington envía un «mensaje equivocado» a los manifestantes que durante casi seis meses han colapsado el territorio con sus protestas. En cambio, el movimiento democrático acogió como un triunfo moral la ley.

¿Efecto dominó?

El activista Joshua Wong confía en que la decisión de EE.UU. genere un efecto dominó y atraiga a otros países. También afirmó que tanto China como el Gobierno de Carrie Lam deberían rebajar la tensión e investigar las denuncias de brutalidad policial.

La excolonia tiene un estatus comercial con EE.UU. que la exime de aranceles Precisamente ayer las fuerzas de seguridad entraron en la Universidad Politécnica de Hong Kong tras un cerco de once días. El objetivo era retirar material peligroso y recoger pruebas. Los portavoces aseguraron que no habían encontrado a ningún manifestante y que retiraron gran cantidad de bombas de gasolina y otros líquidos explosivos. Confían en acabar hoy, viernes, con su trabajo y levantar el asedio para devolver el control del campus a la dirección de la universidad. Pese a la escenografía de crisis entre China y EE.UU. a ninguno de los dos les interesa romper las negociaciones comerciales, aunque es posible que se ralenticen.