La sucesión de Corbyn sume a los laboristas en una guerra interna

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

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La portavoz de Exteriores del Partido Laborista, Emily Thornberry, se postuló este miércoles para suceder a Jeremy Corbyn
La portavoz de Exteriores del Partido Laborista, Emily Thornberry, se postuló este miércoles para suceder a Jeremy Corbyn Peter Nicholls | Reuters

Blair llama a dejar a un lado el «socialismo cuasi revolucionario» y la moderada Emily Thornberry anuncia su candidatura

19 dic 2019 . Actualizado a las 08:36 h.

Una guerra cruenta y dolorosa. Así se prevé el proceso para elegir al sucesor de Jeremy Corbyn al frente del Partido Laborista después de sufrir el peor resultado electoral en más de ochenta años. Los reproches cruzados sobre a quién culpar de la dura derrota en las urnas se entremezclan con el debate ideológico sobre si el partido debe virar al centro o seguir con el sesgo izquierdista impuesto por Corbyn.

Están los fieles al líder que achacan la derrota a una campaña hostil de la mayoría de la prensa y los que critican a Corbyn por su ambigüedad sobre el brexit. La diputada Emily Thornberry no dudó en exhibir los trapos sucios al anunciar ayer su candidatura a las primarias. En un artículo en el diario londinense The Guardian, desvela que le advirtió a la dirección laborista de que su decisión de apoyar el adelanto electoral propuesto por Boris Johnson era un «catastrófico error político». Asegura que le pidió a Corbyn no respaldar la convocatoria electoral e «insistir en someter a referendo el acuerdo [de salida de la Unión Europea propuesto por el premier], para eliminar el tema del brexit antes de apoyar unas elecciones generales». Visto lo ocurrido su propuesta no fue atendida. Pese a formar parte del gabinete del veterano político, Thornberry es considerada menos izquierdista que este y podría atraer a los sectores centristas y moderados.

Dos almas

En el Partido Laborista vienen coexistiendo dos sectores. Uno que reivindica los valores de la izquierda tradicional y otro más centrista que añora las épocas en las que la Tercera Vía de Tony Blair les llevó a lograr tres victorias electorales con las que retuvieron durante una década el número 10 de Downing Street.

Blair entró ayer en la campaña a las primarias con un llamamiento al sector moderado del Partido Laborista para hacerse con las riendas de la formación y pasar página del «socialismo cuasi revolucionario» de Corbyn.

«La toma del partido por la extrema izquierda nos ha convertido en un movimiento de protesta engrandecido e incapaz de ser un Gobierno creíble», declaró el ex primer ministro, quien calificó de «imperdonable» el sonoro fracaso de terminar con la era de poder tory. Para Blair, la indefinición de Corbyn sobre el brexit fue otro factor que provocó la debacle electoral.

A Thornberry ha sido la primera en dar el paso, pero se da por un hecho que también se presentarán a las primarias que finalizarán en marzo la diputada Rebecca Long-Bailey, a quien su cercanía con el dimitido John McDonnell, responsable del plan económico de Corbyn, le podría restar apoyos.

Otros nombres que suenan son los de las parlamentarias Angela Rayner, responsable de Educación y considerada cercana Corbyn; y el de Jess Phillps, una moderada que en el 2015 respaldó a Yvette Cooper, que disputo el liderazgo en las anteriores primarias al veterano político.

También figuran en las quinielas Keir Starmer, actual portavoz del brexit y a quien muchos atribuyen que Corbyn haya aceptado finalmente respaldar un segundo referendo sobre el divorcio de la UE. Este potencial candidato ha tratado de atraer a los dos sectores, pues por un lado, ha pedido que no se abandone el programa de Gobierno impulsado por el líder saliente y por el otro, sus discrepancias públicas con Corbyn sobre la salida de la UE le hacen atractivo para el sector moderado y proeuropeísta. Lisa Nandy, Clive Lewis y David Lammy también han indicado que están considerando seriamente presentarse a las primarias.