La escasez de combustible en Venezuela causa colas de varios días para repostar

Pedro García otero CARACAS / CORRESPONSAL

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Ciudad Guayana, al sur del país, es una de las zonas más afectadas por la escasez
Ciudad Guayana, al sur del país, es una de las zonas más afectadas por la escasez caraota digital

Los expertos temen que la situación en el país petrolero empeore el próximo año

31 dic 2019 . Actualizado a las 09:03 h.

Aunque el interior de Venezuela se ha visto sometido a un intenso racionamiento de gasolina durante todo el año, el 2019 culmina en las regiones más alejadas de Caracas con colas de hasta tres días para abastecerse de combustible. En la capital, que hasta ahora había estado a salvo del desabastecimiento, las filas pueden alcanzar hasta tres horas. Y el 2020 parece no traer mejoras.

La sensación de los expertos es que la escasez podría agravarse con el nuevo año y paralizar aún más una economía que lleva seis años en depresión económica y que en este período ha perdido casi dos tercios de su producto interior bruto (PIB).

La sensación en la calle es igual de incontestable. Carlos Burgos se levantó a las 5 de la mañana este 30 de diciembre para echar gasolina. Cuando llegó a la estación de servicio, era el tercero en la fila, pero no había combustible. A las 9 llegó el camión con el servicio. Fue atendido a las 11. Ocurrió en el centro de Caracas. «Este año ha escaseado, pero si uno no conseguía siempre había algunas bombas [estaciones] que tenían. Ahora están todas con cola; si no, cerradas», indicó.

Pero en lugares como Ciudad Guayana, al sur del país, o San Cristóbal, fronteriza con Colombia, esa espera ha alcanzado hasta cinco días. «Esto es una condena, una tortura que no debería sufrir un país petrolero», se quejaba, por su parte, Eugenio Gutiérrez, en Ciudad Guayana.

En Pariaguán, también al sur, hubo cortes de vías en protesta por la falta de combustible. No se registraron detenidos, pero sí escaramuzas entre policías que levantaban la protesta y los manifestantes. Gutiérrez llevaba casi 48 horas en la cola para echar combustible cuando la prensa local recogió su testimonio.

Venezuela, que producía 3,3 millones de barriles diarios de combustible y consumía 700.000 barriles diarios de gasolina, produce ahora menos de un millón de barriles y su consumo interno ha caído por debajo de los 160.000 barriles diarios, que tiene que importar mayoritariamente de Rusia, pues su sistema de refinerías ha sido desmantelado por el chavismo, según José Toro Hardy, director de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) en los 90.

La que fue segunda empresa petrolera del mundo ya no califica en ningún ránking serio de producción o distribución de combustible, señala Toro, quien indica que «es imposible ocultar ya el colapso de la industria petrolera». Rusia, por razones políticas, es prácticamente el único sostén del régimen de Maduro para que la actividad no cese por falta de gasolina, pues «la mayoría de los tanqueros evaden Venezuela por las sanciones [de EE.UU.]», indicó el experto.

En tanto, una de las cosas más difíciles de saber en Venezuela es cuánto pagar por la gasolina, pues en la práctica es regalada. Los dependientes de las gasolineras, que las tienen alquiladas, cobran tanto en cigarrillos o huevos como en dinero.

Tres militares anuncian en un vídeo una sublevación contra Maduro

Tres militares sublevados, que se identifican como Josué Abraham Hidalgo, Franklin Caldera y Ruso Cárdenas, han anunciado una sublevación contra Nicolás Maduro, en un vídeo de Instagram. El grupo reivindica el ataque a un cuartel del sur de Venezuela del 22 de diciembre y asegura que el armamento que sustrajeron ( 120 fusiles de asalto y 9 lanzagranadas, según la información oficial) será utilizado «para la protección» del pueblo venezolano. En el vídeo, Hidalgo, que dice ser teniente, asegura que actúan apegados a la Constitución del país y llama a los militares a no continuar ofreciendo sus servicios al Gobierno de Maduro, a preservar el «honor» de la Guardia Nacional Bolivariana y a defender a la población del país «hasta el último aliento» para lograr su «libertad».

Licores artesanales que se cobran cuatro vidas en un mes

Las filas por el combustible no son las únicas que se registran en estos días en una Venezuela en la que hacer cola por comida ya no es una regla, sino una excepción. La gente las hace también ahora para conseguir licor: en concreto, licores potencialmente mortales, pero que se siguen expendiendo ante la vista gorda de las autoridades.

En un país conocido por la excelencia de sus rones, sus ciudadanos han comenzado a consumir marcas en botellas plásticas, con nombres como Centauro o Toro, que se expenden como «bebidas espirituosas» o «licores de ron», pero que en algunos casos tienen alcohol metílico en vez de alcohol etílico; en otras ocasiones, el consumo de cocuy artesanal abre la puerta del organismo a un licor que puede llegar a tener 85 grados de alcohol. Entre Centauro y los cocuyes artesanales, ya van cuatro víctimas mortales en este diciembre, según ha advertido el gremio médico.

El cocuy es un licor venezolano, similar al tequila mexicano, que también se produce a partir del agave y que ha ganado renombre en la medida en que Venezuela, otrora el mayor consumidor per cápita de whisky escocés en el mundo, ha tenido que ir reduciendo sus pretensiones con la crisis económica. Aunque hay cocuyes industrializados de gran sabor y calidad, son los producidos artesanalmente los que están causando las muertes.

Una fama que encarece

Es el prestigio internacional de marcas como Cacique, Santa Teresa o Pampero lo que ha elevado sus precios en el mercado interno y ha llevado a los bebedores más pobres a ingerir marcas que son potencialmente mortales y que el régimen de Nicolás Maduro no persigue.

La casa productora de Centauro, en tanto, se ha defendido de las acusaciones y asegura que cuenta con registro sanitario. Sostiene que ha sido la combinación con otros licores o con refrescos en polvo lo que ha dejado cuatro muertos. También niegan rotundamente que su bebida sea elaborada con alcohol metílico.