Lombardía pide el «cierre total» para evitar el colapso del sistema sanitario en 15 o 20 días

Darío Menor COLPISA / ROMA

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FLAVIO LO SCALZO | Reuters

Italia se sume en un aislamiento absoluto al suspender varios países sus conexiones aéreas y endurecerse los controles en las fronteras

11 mar 2020 . Actualizado a las 18:58 h.

Prohibido salir de casa excepto por motivos laborales, de salud o situación de emergencia. A esta restricción están sometidos los 60 millones de italianos después de la entrada en vigor este martes del nuevo decreto del Gobierno contra el coronavirus, que hizo de todo el país una «zona protegida», según advirtió el primer ministro, Giuseppe Conte. Aunque el jefe del Ejecutivo anunció que las fronteras seguían abiertas, son cada vez más los países y las aerolíneas que suspenden vuelos con aeropuertos de ciudades italianas, como España, mientras que Austria y Eslovenia cerraron los puestos fronterizos con el país transalpino.

Las férreas restricciones que el Ejecutivo impuso en todo el territorio nacional podrían agravarse aún más en Lombardía, la región más afectada por esta epidemia que superó el martes los 10.000 contagios. En un día se registraron casi un millar nuevos casos y 168 muertes adicionales. La cifra total de fallecidos es de 631. Las autoridades regionales de Lombardía pidieron nuevas medidas para hacer frente a la epidemia. «Cerrar durante 15 días toda Lombardía puede servir para reducir o bloquear la difusión del virus. Lo dicen los expertos. Porque nosotros otros 15 o 20 días, con un crecimiento tan desenfrenado de las personas en los servicios de urgencias y de cuidados intensivos, no los aguantamos. No los aguanta ni Lombardía ni Italia», comentó en la televisión pública Rai Giulio Gallera, consejero regional de Sanidad.

Menos dramático pero igual de contundente fue el presidente de Lombardía, Attilio Fontana, quien señaló que todos los alcaldes de las capitales de provincia de este territorio piden lo mismo: «Cerrar todo ahora (excepto los servicios esenciales) para volver a comenzar lo antes posible. Las medias medidas, como hemos visto estas semanas, no sirven para contener esta emergencia». Además del alto porcentaje de fallecimientos que provoca (una tasa del 6,2 %, según las cifras de ayer), el mayor riesgo del coronavirus es el colapso del sistema sanitario. Por eso Gallera planteó el cierre «de todas las actividades comerciales» excepto los supermercados, farmacias y tiendas de bienes de primera necesidad, que «permanecerán siempre abiertos, incluso en caso de cierre de todo el resto de actividades productivas». El consejero consideró que tal vez haya llegado el momento «de endurecer todavía más» las restricciones porque no tiene sentido que la población, cuando salga de casa para trabajar, pueda todavía ir de compras o a tomar un café a un bar. Con esas actividades la enfermedad sigue extendiéndose.

Pekín promete mascarillas

La petición de las autoridades regionales no ha sido aún contestada por el Gobierno central, que prepara un decreto con medidas económicas para hacer frente a la grave crisis. Además de un paquete de ayudas para empresas y trabajadores, también está en estudio una prórroga en el pago de impuestos e hipotecas. En cuanto a las necesidades sanitarias, el ministro de Exteriores, Luigi di Maio, aseveró que China está dispuesta a suministrar mil ventiladores pulmonares, dos millones de máscaras, 20.000 trajes protectores y 50.000 hisopos para pruebas de coronavirus. El anuncio del primer ministro de que extendía a todo el país la cuarentena provocó que los supermercados abiertos las 24 horas fueran tomados al asalto por ciudadanos que compraban grandes cantidades de productos de primera necesidad. Las autoridades pidieron calma porque los suministros estén garantizados.

En las calles de Roma había este martes menos movimiento del habitual, pero no estaban vacías. Claudia contaba que solo salió de casa para ir a la escuela de su hijo a recoger sus libros, pues a los estudiantes de todo el país les toca ahora seguir las clases desde sus domicilios. «Me he encontrado a una maestra, que me ha mandado muchos recuerdos para los niños. Tenemos que ser fuertes ante esta situación», contaba emocionada esta mujer de unos 40 años. Las restricciones a las aglomeraciones motivadas por la epidemia propiciaron que los turistas no pudieran acercarse a la Fontana di Trevi, ni tampoco a la plaza y a la basílica de San Pedro. En el acceso al ágora que representa el centro del mundo cristiano la Policía italiana impedía el paso a los visitantes y únicamente dejaba que siguieran quienes fueran a rezar. El Vaticano informó de que la plaza y la basílica «estaban cerradas para las visitas guiadas y los turistas», por lo que dentro del templo a media tarde del martes sólo podía encontrarse a los vigilantes y a una anciana monja que aseguraba que el lugar no estaba vacío. «Está lleno de espiritualidad», contaba.