Las relaciones sexuales entre parejas que vivan separadas serán ilegales en el Reino Unido

La Voz REDACCIÓN

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HANNAH MCKAY | REUTERS

El Gobierno de Johnson endurece las medidas para la desescalada

01 jun 2020 . Actualizado a las 21:04 h.

El sexo será delito para las parejas inglesas que no vivan en el mismo domicilio. El coronavirus lo convertirá en un acto ilegal, según recoge una norma que se aprobará en el Parlamento. El texto endurece una regulación anterior de protección a la salud que abría una puerta que ahora se cierra. De la anterior «excusa razonable», que permitía a las personas abandonar su domicilio, se pasa ahora a un texto más detallado que prohíbe una reunión de dos o más personas que estén presentes en el mismo lugar para participar en «cualquier forma de interacción social o emprender cualquier otra actividad entre ellos». Traducido, nada de desplazamientos entre domicilios y restricciones estrictas sobre donde las personas pueden dormir, reunirse y «sociabilizarse». La nueva norma solo permite encuentros de hasta seis personas al aire libre o en lugares públicos. En las casas, solo los residentes naturales, sin excepciones.

«Esta es una restricción significativa de nuestros derechos a la privacidad y la vida familiar, a pesar de que puede estar justificada por la gravedad del riesgo para la salud pública», dijo a The Independent, Adam Wagner, abogado de derechos humanos. Incumplir la nueva norma tendrá un coste. Cien libras de multas, unos 120 euros.

La idea no es nueva. Al comienzo del confinamiento en Gran Bretaña, los ministros y funcionarios del gobierno prohibieron explícitamente a las parejas que no vivían juntas reunirse. Incluso, el pasado 24 de marzo, y ante lo que podía pasar, altos cargos del Gobierno recomendaron a las parejas que vivían en distintos domicilios una mudanza si se querían seguir viendo y mantener relaciones sexuales.

Detrás de estas estrictas medidas para evitar el contagio esta Neil Ferguson, el epidemiólogo de referencia de Johnson, que fue el primero en saltarse lo que predicaba. Este especialista en la propagación de enfermedades en humanos y animales, incumplió las normas de distancia social al permitir que una mujer atravesara Londres al menos en dos ocasiones para encontrarse ambos en su domicilio.