El acusado de intentar matar a su exmujer tenía tres órdenes de alejamiento hacia tres víctimas distintas

Marta Vázquez Fernández
Marta Vázquez OURENSE / LA VOZ

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MIGUEL VILLAR

Los forenses confirman que había señales de asfixia y que la mujer podría haber muerto si el ataque hubiese continuado durante más tiempo

19 jun 2020 . Actualizado a las 08:50 h.

Visto para sentencia quedó este jueves en la Audiencia provincial de Ourense el juicio contra Ramiro V. G., un ourensano de 39 años para el que la fiscalía solicita una condena de 15 de prisión, por el intento de asesinato de su exmujer. Los hechos se remontan a finales del año 2018, cuando el acusado habría atacado a la víctima asfixiándola con la manga de un albornoz, con el que habría apretado fuertemente en su cuello, hasta casi dejarla inconsciente. En la última sesión del juicio, durante el cual el acusado no ha pronunciado una sola palabra, los forenses confirmaron que las lesiones que presentaba la perjudicada eran compatibles con el ataque que describió y explicaron que el desenlace pudo ser fatal. «El mecanismo de asfixia puede poner en compromiso la vida de una persona», aseguraron, describiendo que en este caso «si la presión en el cuello se hubiera mantenido más tiempo, se hubiera producido el óbito».

En su alegato final, la representante del Ministerio Fiscal recordó que en el momento de los hechos el acusado tenía una orden de alejamiento de la víctima, y no solo de ella, sino de otras dos mujeres más. Además, ya lo habían condenado por violencia de género en León y tras estos hechos fue condenado por un ataque anterior a la misma víctima. Actualmente, a mayores, tiene pendiente otra causa por llamar a esta mujer desde la cárcel, intentando que ella diera marcha atrás en su denuncia por intentar asfixiarla. Todo esto, denotaría su peligrosidad como maltratador. «La dominaba, la controlaba, se creía su dueño y se enfadaba si ella se iba a cenar con una amiga. Todo esto demuestra la percepción que tiene hacia las mujeres», aseguró la representante del ministerio público, quien también recordó que antes de intentar asfixiar a la mujer con el albornoz, el acusado le dijo que «si no era para él, no sería para nadie», según relató la víctima, que pudo escapar del ataque tras lograr dar un golpe en una mesa cuando ya casi apenas podía respirar. Cree, de hecho, que su agresor paró porque pensó que ya estaba muerta.

De la agresividad de Ramiro dio cuenta el testimonio de un testigo protegido, cuya declaración se leyó en la sala de vistas. Esta persona relató haber visto varios episodios violentos previos del acusado hacia la víctima, así como amenazas de muerte. «Hacía cálculos del tiempo que estaría en prisión», aseguró.

La acusación particular, que ejerce la víctima, reclamó la misma pena de prisión que la Fiscalía si bien la defensa pidió la libre absolución para el imputado. Esta parte cree que hubo desestimiento porque el acusado paró en el ataque a la víctima, y alternativamente solicitó que sea condenado por lesiones.