Más de cien científicos reclaman cambiar la prevención del coronavirus en España y centrarse en el contagio por inhalación

María Hermida
María Hermida REDACCIÓN / LA VOZ

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Algunos centros educativos gallegos tienen medidores de CO2. En el caso del IES David Buján de Cambre (en la foto), solo algunas aulas cuentan con el dispositivo, que ya tenía el año pasado
Algunos centros educativos gallegos tienen medidores de CO2. En el caso del IES David Buján de Cambre (en la foto), solo algunas aulas cuentan con el dispositivo, que ya tenía el año pasado CESAR QUIAN

Envían una carta al Gobierno con medidas que consideran imprescindibles, entre las que está la instalación masiva de medidores de CO2 en colegios y otros espacios interiores

25 mar 2021 . Actualizado a las 16:02 h.

Se les puede escuchar o no. Y, desafortunadamente, no parece que se les esté prestando demasiada atención. Pero científicos de todo el mundo llevan meses insistiendo en que la vía principal de contagio del coronavirus es aérea (los famosos aerosoles, que popularmente se puede decir que es ese humo que expulsamos al hablar, respirar o toser) y que, por tanto, hay que cambiar la forma de prevenir el virus. ¿Por qué hay que variarla? Porque al principio de la pandemia se creía, incluso la OMS y otras agencias internacionales así lo entendían, que una de las vías preponderantes de transmisión eran las superficies, y la prevención se enfocó por ahí, con aquella limpieza frenética de las suelas de los zapatos o la desinfección con lejía de cualquier espacio. Ahora, tras un año luchando contra el virus y tras una actividad investigadora mundial y abrumadora, se sabe que el peligro, principalmente, está en los aerosoles, en el contagio aéreo. Sin embargo, aunque la evidencia científica es clara y ya no admite prácticamente dudas, los Gobiernos van lentos cambiando la forma de protegerse. Se siguen gastando ingentes recursos, por ejemplo, en desinfectar espacios exteriores, cuando los científicos creen que es una medida poco eficiente o incluso absurda en algunos casos. Esta paradoja, la de que el conocimiento y las evidencias vayan por un lado y la prevención por otra, ha hecho que más de 110 científicos españoles de todos los ámbitos y de primera línea (a los que día tras día se suman más profesionales) escribiesen una larga carta al presidente del Gobierno, a las autoridades autonómicas y a otros cargos públicos. Es una misiva larga y con un mensaje contundente: dicen que la principal vía de contagio es aérea y piden un cambio de rumbo a la hora de prevenir el virus (consulta aquí la carta publicada por los científicos españoles). El documento, avalado por numerosas sociedades científicas, está firmado por profesionales de primer nivel de todos los ámbitos, entre los que están Margarita del Val, Juan José Badiola, Antonio Alcamí o María Cruz Minguillón y, por supuesto, también sanitarios gallegos de primera fila como Tato Vázquez Lima. 

En la misiva, los científicos indican que «se ha cumplido ya un año de esta situación de emergencia, de terribles consecuencias. Su solución va a exigir todavía grandes esfuerzos y la implicación de todos. Por eso, en primer lugar y en calidad de científicos y expertos en diversas disciplinas, queremos ofrecer nuestra colaboración desinteresada en cualquier cometido que pueda contribuir a alcanzar dicha solución como objetivo común». Así, indican que durante este año se desarrolló una intensa actividad investigadora y se generó cantidad de información que permitió avanzar en el conocimiento sobre las vías de transmisión y medidas de prevención más efectivas. De esta forma, indican: «Los informes publicados por los Ministerios de Ciencia y de Sanidad, elaborados por científicos y especialistas de primer nivel, destacan la gran importancia de la transmisión de SARS-CoV-2 por aerosoles y su papel dominante en el contagio en interiores (tanto a cortas distancias como compartiendo el aire de una habitación). Como se indica claramente en estos documentos y en publicaciones científicas de gran prestigio, es necesario replantear las recomendaciones de prevención. En particular, existe ya un amplio acuerdo en reducir el énfasis y ahorrar recursos en algunas medidas (como limpieza de superficies) y conceder prioridad máxima a la reducción del riesgo de contagio por inhalación del virus. También la OMS ha publicado recomendaciones muy claras para asegurar una ventilación suficiente en espacios interiores, como medida muy eficaz para reducir el contagio».

Sin embargo, a pesar de la claridad de las conclusiones científicas, la implantación de estas medidas está siendo extraordinariamente lenta, y muchas veces se realiza de forma parcial o incorrecta, indican los científicos. Y subrayan: «La OMS ha avisado a España de que está en riesgo de un repunte de casos y pide que continúe el esfuerzo para limitar la transmisión. Dada la gravedad de la situación, creemos que es urgente aprovechar el conocimiento disponible e impulsar desde las administraciones las medidas de prevención necesarias para reducir el riesgo de contagio de covid-19 por inhalación. Tenemos el convencimiento de que los beneficios serán enormes. Desde luego, en términos de número de contagios, saturación del sistema hospitalario, secuelas a largo plazo y fallecimientos. Pero también para acelerar la ansiada y necesaria recuperación de la actividad económica». 

 A partir de ahí, proponen una batería de actuaciones para prevenir correctamente el coronavirus y señalan lo siguiente: «Buena parte de las medidas propuestas pueden aplicarse de forma inmediata y coordinada. Otras requerirán algunas semanas, lo que hace más necesario ponerlas en marcha cuanto antes. Incluso contando con el éxito de los planes de vacunación, no será fácil lograr una inmunización generalizada al acabar el verano, a lo que se suma la incertidumbre asociada a nuevas variantes más transmisibles del virus. Faltan solo unos pocos meses, pero creemos que todavía se está a tiempo de garantizar un despliegue generalizado de las medidas de prevención disponibles antes del próximo otoño. Lo contrario, pensamos, sería difícilmente justificable». Y, a continuación, detallan ocho medidas para que los Gobiernos lleven a cabo de forma inmediata. 

 LAS MASCARILLAS

Las mascarillas, señalan los científicos, constituyen una de las herramientas de prevención más eficaces, tanto para la población general como para trabajadores más expuestos. Es necesaria, sin embargo, una intervención decidida de la administración para aumentar su efectividad: información clara y concreta sobre la eficacia y recomendaciones de uso de las distintas mascarilla e identificación y retirada urgente del mercado de cubre bocas que no proporcionan una protección real (por ejemplo, de rejilla o semitransparentes, o con ajuste defectuoso) y, en general, aquellas que carezcan de certificación por un organismo nacional o europeo. Estiman, además, que muchas mascarillas están reduciendo a la mitad su eficacia por ir mal ajustadas o incorrectamente colocadas. Y reclaman una campaña de información en ese sentido. Exigen también el uso de mascarillas en el interior en lugares de trabajo, donde se comparte el aire interior durante muchas horas, aunque se mantenga la distancia de seguridad de dos metros.

ACTIVIDADES EN EL EXTERIOR 

Dado que la probabilidad de contagio al aire libre es al menos veinte veces menor que en interiores, debería promoverse las actividades en el exterior y revisar algunas medidas que resultan contraproducentes, señala la carta de los científicos. Piden mantener abiertos parques y jardines, donde el riesgo de contagio es muy bajo. Señalan que, además de ser una medida beneficiosa para la población, reducirá las reuniones en interiores donde la  probabilidad de contagio es muy superior. Insisten en que hay que promocionar actividades al aire libre cuando sea posible, por ejemplo reuniones familiares, de trabajo, colegios, etcétera. Indican que hay un gran potencial de aprovechar esta reducción de contagios con la llegada del buen tiempo y reclaman revisar normativa y ser vigilantes con los espacios de terraza con cerramientos que impidan la ventilación, ya que pueden ser peores que los interiores tradicionales.

la ventilación 

Ya nadie duda de la importancia fundamental de la ventilación con aire exterior para reducir la transmisión en interiores. Sin embargo, los científicos que firman la carta al Gobierno opinan que la información disponible es incompleta y muchas veces confusa y señalan que deben definirse las tasas de ventilación que es necesario mantener. Estas recomendaciones pueden expresarse en términos de niveles máximos de dióxido de carbono (CO2) o de flujo de aire. En el segundo caso, se recomienda una tasa de ventilación de al menos 12,5 litros/segundo por persona.

MEDIDORES DE CO2

Insisten en que instalar medidores de CO2 es la única solución tecnológica de bajo coste disponible para verificar en cada momento si la ventilación es suficiente o si es necesario incrementarla. También permite optimizar la ventilación, evitando corrientes de aire excesivas o consumos de climatización innecesarios. Además, señalan ellos, tiene un coste muy reducido y constituye una solución totalmente viable en cualquier actividad, pública o privada. Por todo ello, consideran necesaria su implantación urgente y generalizada, con medidores fiables (tipo NDIR). Recomiendan colocarlos en espacios públicos y privados.

FILTROS HEPA 

Se dispone de diversas tecnologías de limpieza de aire en ambientes interiores, pero existe confusión (incluso para profesionales y expertos) sobre su eficacia, recomendaciones de uso y posibles riesgos. Los científicos consideran que las administraciones deben asumir urgentemente responsabilidad activa en esta materia y explicar en qué consisten tecnologías como las de los filtros HEPA. También consideran que deben establecerse las recomendaciones sobre el uso de otras tecnologías, como UV-C, fotocatálisis, ionización, ozono, etcétera. En primer lugar, en cuanto a su eficacia real para la eliminación de virus. Pero también es fundamental identificar los riesgos asociados, debido a la generación de sustancias tóxicas, y tomar las medidas necesarias para proteger a los usuarios (por ejemplo, para que no se repitan episodios de uso de ozono en presencia de alumnado). 

LOS COLEGIOS 

En la carta, los científicos le dedican una especial atención a los colegios. Dicen lo siguiente: «Son espacios con una densidad de ocupación elevada, donde se comparte el aire durante muchas horas diarias y en su mayoría cuentan únicamente con el recurso de la ventilación natural a través de ventanas. Hasta ahora, los centros han recibido información ambigua e incluso contradictoria. Consideramos imprescindible implantar de manera generalizada estrategias optimizadas de ventilación con aire exterior, utilizando medidores de CO2». 

INFORMACIÓN SOBRE VENTILACIÓN 

Aseguran que «la información parcial y ambigua acerca de la ventilación está generando gran confusión y una utilización muy limitada y, muchas veces, incorrecta». Dicen que es imprescindible establecer criterios cuantitativos y concretos, bien en términos de caudal de ventilación o de límites de CO2. En concreto, desde instancias oficiales deberían establecerse como valores de referencia los límites de 700-800 ppm (hasta 1000 ppm si hay filtración suficiente)». Aseguran que es una medida necesaria para retomar la actividad económica sin generar nuevos repuntes o la persistencia del virus en niveles significativos, con las correspondientes consecuencias sanitarias, económicas y sociales. Dicen que las las limitaciones de aforo tienen escasa justificación técnica y deberían sustituirse por criterios de salubridad efectiva del ambiente interior (por ejemplo, en términos de niveles de CO2, además de otras medidas imprescindibles como el uso de mascarillas). 

DIVULGACIÓN 

 Le piden al Gobierno que haga un esfuerzo por divulgar la información actualizada sobre la transmisión del coronavirus y la vía principal de los aerosoles. Los científicos se ponen a disposición de las autoridades para actuar en ese sentido o en lo que consideren necesarios.