La masa forestal más grande del mundo juega un papel fundamental en el clima de la Tierra
23 jun 2023 . Actualizado a las 09:53 h.La selva amazónica es la mayor masa forestal del mundo. Un ecosistema único en la Tierra capaz de darse de beber a sí mismo. A través de la evapotranspiración libera una gigante cantidad de vapor de agua que se convierte en nubes y lluvia.
El Amazonas no es el pulmón del planeta como suele decirse. Ese papel le corresponden a los océanos. Pero juega un rol vital en el clima global. La cantidad de agua dulce que libera a los océanos permite mantener la estabilidad de las corrientes marinas, que al igual que los vientos, son los encargados de distribuir el frío y calor por todo el planeta.
Pero como otros muchos sistemas naturales está bajo amenaza de llegar a un punto de no retorno. Esto sucedería cuando, por ejemplo, la cantidad de dióxido de carbono que emite fuese mayor que la que absorben. Un estudio asegura que se superará en 50 años.
El presidente del Panel Científico por la Amazonia y profesor en la Universidad de Sao Paulo, Carlos Nobre, advirtió asegura que las próximas décadas serán decisivas para el futuro de la selva. «Para empezar el punto de no retorno, con la deforestación y el cambio climático continuo, pasará de 10 a 20 años y se superará en 30 o 50 años con la degradación total del 50 al 70 % del Amazonas».
El calentamiento global, la deforestación, la quema de árboles y las presas hidroeléctricas están, según el científico brasileño, detrás del aumento de períodos de sequías y la «sabanización» de la selva.
Actualmente la estación seca en la Amazonia sur es de cuatro a cinco meses, casi cinco semanas más que hace 40 años y amenaza con aumentar más de una semana cada década. Este incremento progresivo genera un proceso conocido como «sabanización» que provoca un aumento de la mortalidad de los árboles y puede suponer una grave pérdida de la biodiversidad del territorio.
El cambio climático a nivel mundial provoca, por ejemplo, el aumento de fenómenos como El Niño lo que genera, como ocurrió en 2016, fuertes sequías en el interior de la selva. «Si la temperatura global asciende tres grados, será suficiente para hacer pasar a la Amazonia por este punto de no retorno», concluye.