La «marca Asturias», en 20 productos

Raúl Álvarez REDACCIÓN

ASTURIAS

Atunero «Gijón» construido por Armón
Atunero «Gijón» construido por Armón Astilleros Armón

Casi dos tercios del valor de las exportaciones de las empresas asturianas se concentró en el 2016 en unos pocos artículos con mucha demanda. La región vende mucho más componentes para fabricar otras cosas que bienes destinados directamente al consumidor final

06 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque este sea un asunto serio, puede resumirse con la fórmula inmemorial de los chistes: en el año 2016, las exportaciones asturianas dejaron una noticia mala y otra buena. La mala es que el valor de los bienes exportados se redujo un 6,8%, al contrario de la tendencia al alza del conjunto de España. La buena es que la balanza comercial sigue siendo positiva. Redondeando un poco los datos oficiales del Ministerio de Industria, Comercio y Competitividad, las empresas de la comunidad autónoma facturaron 3.500 millones de euros en el extranjero (para ser exactos, 3.497,2), mientras que las importaciones se quedaron en algo menos de 3.140 millones, de manera que el saldo favorable es de unos 360 millones de euros. En eso, Asturias también difiere de la marcha general de la economía española, más compradora de bienes en el exterior que vendedora. ¿Cómo lo consigue? La respuesta tiene que ver con el rasgo más diferenciador de lo que puede entenderse como «marca Asturias»: la fortaleza del sector industrial de la región, cuyo peso en el PIB está muy por encima de las medias nacional y europea, y su especialización en los productos metálicos.

Tan apreciados son el cinc y el acero que salen de las fábricas del área central, que Italia se ha convertido ya en el principal mercado extranjero de los productos made in Asturias. Su famosa industria del automóvil aprecia mucho las propiedades de los productos que desarrollan ArcelorMittal, AZSA o Alcoa. Y ese interés italiano por la capacidad metalúrgica asturiana no es un detalle aislado, sino el remate de una tendencia muy clara. Las empresas exportadoras del Principado no apuntan a los mercados de los bienes de consumo que los compradores pueden adquirir directamente en una tienda, sino al de los bienes intermedios, usados para la fabricación de otros artículos. Un vistazo a las 20 principales exportaciones asturianas revela que, aparte de los barcos que salen de los astilleros de Armón y Gondán, los lácteos y la categoría miscelánea a la que van a parar todos los productos que no encajan en otras casillas, lo que Asturias vende al exterior son materiales o máquinas que sirven para construir otras cosas.

La lista sigue la clasificación de exportaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) y la sociedad Asturex (en la que participan el Gobierno autonómico, la patronal Fade y las Cámaras de Comercio de Oviedo, Gijón y Avilés para fomentar la internacionalización de las empresas asturianas) la ha desagregado y ha añadido los principales operadores de cada sector. Los productos incluidos en estas categorías representan casi dos tercios del total de mercancías elaboradas en Asturias para su venta en el extranjero:

-Cinc en bruto. Elaborado por Azsa, representó por sí solo más de la quinta parte de la exportaciones asturianas en el 2016. Se vendió por valor de 632 millones de euros.

-Pasta química de madera a la sosa o al sulfato. La obtiene Ence en Navia para fabricar papel.

-Productos laminados de hierro sin chapar

-Construcciones y sus partes

-Productos laminados de hierro chapados. Estas tres categorías recogen parte de la producción de ArcelorMittal en Asturias. Entre las tres, facturaron 426, millones de euros el año pasado.

Mercancías no contempladas en otros apartados.

-Alambrón

Elementos para vías férreas. Estas dos categorías reflejan otras dos especialidades de ArcelorMittal. Supusieron casi 210 millones de euros.

-Barcos de pesca

-Otros barcos. Entre estas dos categorías, los astilleros asturianos facturaron más de 112 millones de euros en el 2016.

-Compuestos con nitrógeno. La industria química gira en torno a DuPont. Por este concepto facturó casi 70 millones de euros destinados a la exportación el año pasado.

-Máquinas y aparatos mecánicos

-Chapas, hojas y tiras de cinc

-Partes y accesorios de vehículos

-Aparatos y dispositivos de calentamiento industrial

-Productos laminados planos de acero

-Minerales de plomo y sus concentrados

-Mantequilla y demás lácteos. El sector aporta 45 millones de euros en exportaciones a la economía regional.

-Alambre de aluminio

-Ácidos nucleicos y sus sales. Es la categoría que refleja la actividad de Bayer, que desde Langreo exporta la base de la aspirina a todo el mundo. Mueve exportaciones por un valor cercano a 42 millones de euros.

Asturias tiene éxito, además, en la diversificación de sus mercados. La Unión Europea, que no hace mucho era el destino del 80% de las exportaciones, representa ahora solo el 60% del total. Pero el cambio no refleja una incorporación de muchos productos nuevos a la oferta de las empresas de la región, sino un mayor interés por lo que Asturias fabrica con calidad y experiencia. «En realidad, el retrato es estable desde hace mucho años. Los primeros productos de la lista son los mismos, salvo la incorporación del sector químico cuando DuPont se instaló aquí y el tirón reciente de los barcos», resume la directora general de Asturex, Teresa Pavón.

La falta de cambios hace que las ventajas y los problemas tampoco se alteren con los años. La región ha conseguido mantener su carácter industrial y el peso de ese sector en su economía es similar al que consiguen el País Vasco, si se busca una comparación con otra comunidad autónoma, o Alemania, por buscar similitudes con la locomotora europea. «Pero eso también nos deja con los problemas de siempre. Para que las empresas prosperen y la economía nos vaya mejor hace falta aumentar nuestra base exportadora, diversificar los productos y los mercados para no depender en exceso de unos pocos y conseguir que crezca el tamaño de las empresas, porque tenemos muchas pymes que no pueden desempeñarse bien en los mercados internacionales. Les faltan recursos y soluciones», diagnostica Pavón.