Fomento pone sordina a los trenes asturianos

Pablo González / Claudia Granda REDACCIÓN/LA VOZ

ASTURIAS

Los nuevos planes de acción contra el ruido del ministerio incluyen a la región. Actuará en tramos ferroviarios que superan las 30.000 circulaciones al año

30 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La Unión Europea ha puesto en los últimos años un empeño especial en controlar el problema del ruido que generan los grandes corredores viarios y ferroviarios, así como los aeropuertos. Se trata de una directiva comunitaria que pretende obligar a los Gobiernos a detectar las principales zonas afectadas y las poblaciones expuestas, y a elaborar planes de acción para mitigar sus efectos, incluida la reducción del ruido si fuese necesaria. Asturias, en este caso, es una de las comunidades que albergan esta problemática, dado que superan los umbrales marcados por la Unión Europea. También en carretera, donde aparecen tramos de su red viaria, en la que destacan las conexiones entre Gijón, Oviedo y Avilés.

El BOE publicó el viernes los planes de acción contra el ruido ambiental de los grandes ejes ferroviarios, según prevé la Ley del Ruido del 2003. Esta es la segunda fase, que incluye aquellos corredores con más de 30.000 circulaciones al año. La primera fase se centraba en los que superaban las 60.000, básicamente en el entorno de las grandes ciudades españolas que cuentan con redes de cercanías. En Asturias son varios los tramos que aparecen señalados en los denominados mapas estratégicos del ruido.

El eje Oviedo-Gijón es el principal. En este tramo que conecta exactamente Soto del Rey con Veriña coinciden tanto la media como la larga distancia, son vías por las que circulan tanto Renfe como Feve. Algo que ocurre también entre Pola de Lena y Ablaña y en el trayecto entre Pola de Siero y la capital. Sin embargo, esto mismo no sucede en Avilés, ausente dentro de este mapa, dado que la larga distancia no atraviesa la villa. Si a este ir y venir de pasajeros se le suman los trenes de mercancías la ecuación se completa. Más de 30.000 circulaciones al año. 

Un dato que sorprende dado al declive en el uso de las líneas de corto recorrido en vía estrecha, en la antigua Feve. La escasez de los servicios y el mal estado de las infraestructuras han dado lugar a una fuga de pasajeros cada vez mayor que elige el transporte privado como principal medio de transporte, ya sea automóvil o autocar.

Si se echa un vistazo al mapa, se observa que aparecen Cantabria y El País Vasco, con servicios de cercanías en las zonas con mayores concentraciones de población urbana. No ocurre igual con Galicia, ausente en el mapa del ruido. A pesar de que las tres regiones que sí aparecen tienen conurbaciones de núcleos más extensas que las gallegas, su estructura territorial no sería tan diferente a las de las áreas metropolitanas de Vigo y A Coruña. Incluso aparece Mallorca, con una red ferroviaria muy limitada, o el eje entre Palencia y Valladolid. Además de las zonas más afectadas (Madrid y Barcelona), también están incluidos los entornos metropolitanos de Sevilla, Málaga, Alicante o Valencia.