Solo son «la punta del iceberg»: 82 denuncias al año por violencia sexual

Susana D. Machargo REDACCIÓN

ASTURIAS

El Instituto Anatómico Forense detecta un incremento de los informes que realiza cada año. La directora no cree que haya más casos y sí más facilidades para denunciar

22 abr 2019 . Actualizado a las 23:43 h.

«Tenemos que ser conscientes de que son sólo la punta del iceberg». Son las palabras de la directora del Instituto Instituto de Medicina Legal de Asturias, María Antonia Martínez, sobre el incremento en los últimos años de reconocimientos médicos forenses relacionados con violencia sexual. Cuando una víctima presenta una denuncia, el juez da aviso a los forenses que, junto con el ginecólogo del centro en el que esté siendo atendida, tiene que realizar una exploración para ver las lesiones y también recoger pruebas que ayuden a identificar al agresor. En 2018, tuvieron que realizar 82 informes de este tipo. Dos años antes, en 2016, eran solo 58. El incremento es sostenido pero Martínez no lo atribuye a un incremento de la violencia. Cree más bien que cada vez las mujeres se sienten más protegidas a la hora de denunciar y dan el paso. Aún así adiverte: «son solo la punta del iceberg, quedan otras muchas que no se denuncia».

Estos datos aparecen en la memoria de 2018 del Instituto de Medicina Legal que está desarrolla una actividad frenética, con un incremento evidente del trabajo realizado por sus servicios. Por una parte, está toda la parte forense relacionada con los fallecidos. Luego está la parte del servicio de clínica con sus informes y valoraciones. Un equipo de 39 profesionales trabajan en este organismo, entre forenses (22), psquiatras (3), trabajadores sociales (3), funcionarios de justicia (9) y auxiliares (4). Son peritos independientes con un papel determinante dentro del engranaje jurídicos.

Violencia sexual

Dentro de ese servicio de clínica se encuentran los reconocimientos forenses por violencia sexual. Desde el año 2016, el incremento es sostenido, al pasar de 58 casos a 67, en 2017;  y a 82, en 2018. «No toda agresión sexual deja lesiones. Algunas veces no dejan ni muestras porque el agresor muestra todas las precauciones», reconoce María Antonio Martínez. Por eso su labor es determinante tanto en el terreno físico como en el psicológico. El médico forense acompaña durante la exploración al ginecólogo, en una tarea complicada y compartida. «Ambos analizan cómo se encuentran desde el punto de vista tanto físico como psicológico. Ven cómo lo explica,...», explica. El profesional del instituto realiza después un seguimiento. Evalúa las secuelas y cómo está evolucionando. La última parte de su implicación en la asistencia a juicio, como perito, un papel fundamental de su labor y, sobre todo, en este tipo de casos en los que puede que no haya rastros. 

Al margen de los casos de violencia sexual también han tenido que intervenir en casos graves de violencia de género. Los profesionales tuvieron que realizar en el año 2018 un total de nueve valoraciones integrales en nueve casos diferentes de denuncias por este tipo de violencia machista. También en este caso realizar una labor fundamental.

La memoria

Martínez valora también otros aspectos de su actividad. El servicio de Patología Forense tuvo que intervenir el año pasado en un total de 657 muertes registradas en Asturias, de las que se determinó que el 48% eran por causas naturales y el 52% muertes violentas. En teoría, este servicio sólo tendría que intervenir en las muertes violentas pero como actúa por requerimiento judicial, se ve implicado en casos que, en teoría, no les corresponden porque se determina que no son sospechosos de criminalidad. Actúan porque, por cualquier razón, no se ha firmado un certificado de defunción y es necesario un forense, para participar en el levantamiento del cadáver, para realizar una autopsia o para ambas cosas. «En los casos de los jóvenes siempre existen más dudas, cuando ya se descarta que es por un tema toxicológico. Además se hace una autopsia por un tema preventivo, para descartar patologías familiares que puedan explicar la muerte súbita y que se puedan heredar.

Otra cosa son las 342 muertes violentas en las que trabajaron. Del total, nueve fueron por causas homicidas, un número que se incrementó de manera considerable. La causa de la muerte en cuatro de ellas fue por un trumatismo, en otras cuatro por un arma blanca y en otra por arma de fuego. Dentro de las muertes violentas, una parte importante fueron suicidios (143) y el resto muertes violentas de carácter accidental. En este apartado están los siniestros de tráfico -que también aumentaron-, las caídas, los atropellos, intoxicaciones. La directora del Instituto de Medicina Legal destaca el gran número de caídas, relacionadas con el envejecimiento poblacional. Otro dato curioso es el volumen de fallecimientos por accidentes de tractor: siete. Descienden en cambios, las muertes por intoxicaciones y las muertes vinculadas a temas laborales.

El servicio de clínica también tiene una actividad frenética. Dentro de la parte programada, han registrando un incremento de los asuntos vinculados a incapacidades y a la adopción de medidas cautelares. Nuevamente, Martínez vincula este incremento en el volumen de asuntos con la estructuras poblaciones, es decir, con el envejecimiento. Los accidentes de tráfico con sus lesiones y secuelas también ocupan buena parte de su jornada. En este apartado, desde el año 2015, tienen una nueva función, que es la de realizar informes a petición de un particular que no acepta el acuerdo que se les ofrece, en siniestros sin repercusión penal.

La carga de trabajo se completa con la asistencia a juicios orales. Ese es el punto final de su labor, cerrar de alguna manera el círculo. En 2018, contabilizaron un total de 567 asistencias.