Ni el medio rural se libra: todos los asturianos respiran aire contaminado

La Voz

CONTAMINACIÓN

Aspecto que presentaba la zona oeste de Oviedo, en una jornada con el protocolo por contaminación activado
Aspecto que presentaba la zona oeste de Oviedo, en una jornada con el protocolo por contaminación activado José Luis Cereijido

Un informe de Ecologistas en Acción que el territorio completo del Principado está expuesto a niveles de polución que dañan también la vegetación

26 jun 2019 . Actualizado a las 16:25 h.

La totalidad de la población asturiana respira un aire perjudicial para la salud de acuerdo a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, además, todo el territorio rural del Principado está expuesto a una contaminación que daña la vegetación, según el informe sobre calidad del aire que elabora anualmente Ecologistas en Acción. El estudio apunta que los contaminantes de mayor incidencia en Asturias durante el pasado año volvieron a ser las partículas de menos de 10 micras y de menos de 2,5 micras (PM10 y PM2) y el dióxido de azufre (SO2)

El informe concluye que la mayoría de las estaciones de medición de la calidad del aire sobrepasaron los valores recomendados para las partículas PM10. Además, doce de las veintiuna estaciones que ofrecen datos de las partículas de PM2,5 también registraron algunos valores por encima de los recomendados. El estudio pone la atención sobre los elevados niveles de partículas PM10 detectados en los puertos de Avilés y Gijón debido al movimiento de graneles sólidos, que «pueden conllevar una repercusión severa sobre la calidad del aire de las áreas residenciales cercanas». Además, la mayoría de las estaciones de Asturias registraron superaciones de la recomendación diaria establecida por la OMS para el dióxido de azufre, aunque con menor frecuencia que en años anteriores.

El informe atribuye el origen de este contaminante a las centrales térmicas, la actividad de grandes empresas como ArcelorMittal, Alcoa, Asturiana del Zinc, Saint Gobain o Tudela Veguin, o la desarrollada en los polígonos industriales cercanos a Oviedo, Siero o Avilés. Por todo ello, Asturias presenta «determinados puntos de contaminación importantes» entre los que se encuentran los puertos de Gijón y Avilés, los polígonos industriales y las centrales térmicas, pero también el tráfico rodado en las áreas metropolitanas de Oviedo y de Gijón. Así, «la totalidad de la población asturiana respira un aire perjudicial para la salud según las recomendaciones de la OMS, y la totalidad del territorio rural está expuesto a niveles de contaminación que dañan la vegetación».

Balance nacional

El informe de Ecologistas en Acción concluye que más de 45 millones de personas, el 97 % de la población, estuvieron expuestas en 2018 a niveles de contaminación que superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, a pesar de las abundantes lluvias del pasado año. El estudio analiza los datos recogidos en 800 estaciones oficiales de medición desplegadas en toda España, que revelan que algo más de 45 millones de personas respiraron aire en malas condiciones, y señala que eso implica infringir los límites de la normativa europea.

Sin embargo, el informe recoge una reducción generalizada de los niveles de contaminación atmosférica por partículas en suspensión, dióxido de nitrógeno (NO2) y dióxido de azufre (SO2), lo que según los ecologistas indica una recuperación aparente de la tendencia decreciente de estos contaminantes iniciada en 2008 con la crisis económica.

Aunque el informe describe una reducción general de los niveles de contaminación atmosférica en 2018 con respecto a años anteriores, ese descenso es consecuencia de una «coyuntura meteorológica, caracterizada por una menor estabilidad atmosférica el pasado año», según ha explicado el coordinador del informe de calidad del aire de Ecologistas en Acción, Miguel Ángel Ceballos.

La que fue «la primavera más lluviosa desde 1965» contribuyó a paliar los niveles de polución general del aire, ya que las lluvias «aumentaron la producción de las centrales hidroeléctricas frente a las térmicas de carbón». El invierno y el otoño de 2018 resultaron húmedos, lo que favoreció la dispersión de los contaminantes típicamente invernales (NO2 y partículas); en cambio, pese a las copiosas lluvias de la primavera del pasado año, el prolongado calor estival mantuvo unos niveles de ozono elevados.

El ozono troposférico, el contaminante que «más problemas genera» dado que afecta a un 90 % del territorio, ha sido un año más el contaminante más abundante, con unos niveles que presentan una tendencia alcista debido al incremento de las temperaturas medias y de «la radiación solar», fenómeno con el que está muy relacionado, del que solo «Canarias y el Cantábrico» se libran de su influencia.

El informe incide además en que el pasado año se produjeron hasta 30.000 muertes en España por afecciones derivadas de la contaminación del aire, cuya principal fuente de contaminación en las áreas urbanas fue el tráfico rodado, responsable del aumento de partículas y óxidos de nitrógeno.