Una veintena de equipos de investigación asturianos se vuelcan en la lucha contra el COVID-19

La Voz REDACCIÓN

IN ASTURIAS

Técnicos sanitarios del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), trabajan en el interior de la cabina de seguridad del laboratorio de virología de este centro de referencia del Principado
Técnicos sanitarios del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), trabajan en el interior de la cabina de seguridad del laboratorio de virología de este centro de referencia del Principado J.L. Cereijido

El Principado ha movilizado a más de una veintena de equipos de investigación, lidera cuatro proyectos nacionales y participa en otros cinco estudios y ensayos clínicos

04 jun 2020 . Actualizado a las 18:55 h.

Asturias ha movilizado a más de una veintena de equipos de investigación frente a la COVID-19, lidera cuatro proyectos nacionales y participa en otros cinco estudios y ensayos clínicos multicéntricos para combatir la pandemia. Según ha informado este lunes 18 de mayo el Gobierno del Principado, al margen de estas propuestas, el sistema de ciencia de la comunidad ha presentado a distintas convocatorias otros quince proyectos y cuenta con una decena más en preparación. En total, más de una veintena de equipos han respondido a la llamada para cercar el virus SARS-CoV-2.

El Instituto de Salud Carlos III y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) aportan financiación a los nueve proyectos de alcance nacional en los que participan científicos del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), la Universidad de Oviedo y el Centro de Investigación de Nanomateriales y Nanotecnología (CINN), integrados en su mayor parte en el Instituto de Investigación Sanitaria del Principado (Ispa-Finba).

La mejora en el diagnóstico de la enfermedad, el mayor conocimiento biológico del virus, la inmunidad y la búsqueda de fármacos centran algunas líneas de los trabajos financiados. Lograr un test más rápido y eficaz es el objetivo del proyecto codirigido por Mario Fernández Fraga, Juan Ramón Tejedor Vaquero y Agustín Fernández Fernández, del CINN-CSIC. La propuesta de los científicos de la Universidad de Oviedo Carlos López-Otín y Alejandro López Soto trata de conocer mejor el comportamiento del virus, así como los aspectos genómicos y biológicos que determinen posibles factores involucrados en una mayor vulnerabilidad a la enfermedad en población de edad avanzada.

La respuesta inmune frente al SARS-CoV-2 y sus potenciales vacunas centran el proyecto que lidera la investigadora Rebeca Alonso Arias, del HUCA, mientras que el desarrollo de superficies antimicrobianas capaces de reducir el tiempo de supervivencia del virus o inactivarlo es la línea en la que trabajan los investigadores del CINN Adolfo Fernández Valdés y María Belén Cabal Álvarez, en colaboración con el Hospital Monte Sinaí de Nueva York.

Además, el HUCA participa en el estudio coordinado por el Hospital Puerta de Hierro sobre el uso de plasma procedente de pacientes convalecientes de COVID-19, que ya se ha puesto en marcha en Asturias. También lo hace en el proyecto Seqcovid, liderado por el Instituto de Biomedicina de Valencia-CSIC, que combina datos del genoma del virus con información epidemiológica y clínica para identificar su propagación local y en el que el hospital asturiano participará con cerca de 400 muestras de pacientes afectados.

En cuanto a los ensayos clínicos, el Ispa colabora en tres proyectos multicéntricos vinculados a la prevención de la enfermedad en el personal sanitario, la combinación de compuestos en el tratamiento de la infección y la terapia con plasma. Al margen de los estudios con financiación, otra quincena de proyectos se ha presentado a distintas convocatorias y diez más están en proceso de preparación.

Todos se centran en la pandemia, con propuestas sobre diagnóstico, dianas terapéuticas, progresión de la infección en Asturias, efectos del confinamiento o consecuencias económicas del estado de alarma. El consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, Borja Sánchez, ha destacado que el volumen y calidad de iniciativas demuestran que el sistema de investigación asturiano «es competitivo a nivel nacional».