La vicepresidenta del Gobierno recuerda que la carta magna no es de ningún partido. Barbón reivindica la necesidad de firmar un pacto por la convivencia
05 ago 2020 . Actualizado a las 17:58 h.La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, ha apostado por defender la Constitución cumpliéndola «a rajatabla, todos por igual y cada cual en la responsabilidad que le haya correspondido». Calvo, que también es ministra de Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, ha presidido el homenaje al general Rafael del Riego en la localidad asturiana de Tuña, su pueblo natal, en el marco de las celebraciones con motivo del bicentenario del levantamiento contra el absolutismo que propició la Constitución de 1812.
Calvo, quien ha afirmado que «la memoria democrática forma parte de la agenda de estado de un país que se mira a sí mismo con dignidad y valentía», ha dicho que el general Del Riego peleó por algo que a España «le ha costado mucho alcanzar» y por ello «más de 40 años de democracia y de cumplimiento de nuestro pacto constitucional es el gran homenaje que hoy le podemos ofrecer». «Que sepa que lo hemos conseguido a base de reconocer a quienes antes estuvieron y entregaron el esfuerzo y en su caso, la vida; que no fue en balde y que lo vamos a seguir recordando», ha proseguido la vicepresidenta.
La vicepresidenta también ha recordado «el sacrificio injusto» de las 13 Rosas, que pelearon para que «sus ideas, frente a las ideas diferentes, fueran posibles en el marco de la convivencia». Calvo, que ha estado acompañada del presidente del Principado, Adrián Barbón, entre otras autoridades, ha defendido la Constitución al resaltar que «ha tendido puentes y ha dejado de cavar zanjas entre españoles» porque «no se hizo contra nadie» ni es «de ningún partido ni de ninguna ideología», informa EFE.
«Las generaciones más jóvenes de nuestro país tienen que saber que ha costado mucho esfuerzo estabilizarlo en una convivencia que tiene que ser plural y respetuosa, y eso sólo se consigue cumpliendo las normas y reforzándolas en su cumplimiento cotidiano, y transformándolas exclusivamente por los procedimientos previstos y nunca por otros», ha pedido Calvo. A este respecto, ha admitido que «hay muchos que no lo quieren entender», pero ha advertido de que «para eso estarán las instituciones de este país cumpliendo con sus funciones y en contra de lo que el general del Riego denunció, combatió y acabó defendiendo con su propia vida». «Defendamos nuestra democracia practicándola, defendamos nuestro texto constitucional cumpliéndolo a rajatabla, todos por igual y cada cual en la responsabilidad que le haya correspondido», ha concluido.
Al lado del pueblo
La vicepresidenta primera del Gobierno, que también mantuvo un encuentro con el presidente asturiano, Adrián Barbón, ha afirmado que recordar a Del Riego es «muy importante» puesto que su labor se centró en luchar por las libertades y estuvo al «lado del pueblo» y «contra cualquier tipo de totalitarismo» con «esfuerzo y heroicidad». Ha asegurado que trabajar contra «los abusos de poder es una batalla que hay que dar cada día y que se gana en cada momento». «Es importante que una sociedad no esté en la desmemoria, sino recordando lo que ayuda a trazar el presente y el futuro», ha apostillado
El acto ha finalizado con una ofrenda floral al busto del general en la plaza a la que Riego da nombre en su localidad natal y la interpretación del himno que se adoptó tras el levantamiento. Por último, las autoridades han visitado la casa natal del General del Riego, a escasos metros del lugar donde ha tenido lugar el homenaje.
El pueblo en el nació en 1785 el general, ubicado en el verde valle del suroccidente de Asturias, ha celebrado un tributo institucional que culminará el 4 de octubre con la recreación del recibimiento popular que la villa le rindió en 1820. El acto ha finalizado con la intervención de Calvo antes de realizarse una ofrenda floral al busto del militar que encabezó la lucha contra el absolutismo y propició la Constitución de 1812. La vicepresidenta ha visitado la casa natal del general, situada a escasa distancia del lugar del homenaje institucional, acompañada por las autoridades presentes en el acto, uno de ellos, el presidente del Principado, Adrián Barbón. También ha estado presente la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra.
La intervención de Barbón
Barbón, que también ha intervenido, ha reivindicado la necesidad de que los líderes políticos sean capaces de alcanzar un gran pacto de convivencia por encima de sus intereses partidistas en un momento en el que España se enfrenta a los efectos «devastadores» de la pandemia del coronavirus. Ha puesto como ejemplo el consenso alcanzado para la elaboración de la Constitución de 1978.
Barbón ha reivindicado la figura de Del Riego, como un «ejemplo de patriotismo» en un momento en el que en España «algunos relatos cuestionan el pacto constitucional vigente». «Unos porque lo ven como una especie de concesión del franquismo para evitar la ruptura con el régimen; otros, porque ponen en duda la articulación territorial del Estado» ha dicho.
Acompañado también por el presidente de la Junta General, Marcelino Marcos Líndez, Barbón ha afirmado que la Carta Magna «no está esculpida en piedra y puede reformarse», pero eso «no puede llevarnos a desdeñar cuánto hemos avanzado en esta, por fortuna, ya larga etapa constitucional». «Cuánto ha ayudado a nuestro país que en un momento decisivo los líderes políticos fuesen capaces de alcanzar un gran pacto de convivencia por encima de sus afinidades partidistas», ha señalado en referencia a los padres de la constitución de 1978. «Espero que ahora, que afrontamos otro de los trances en los que sin duda se juega el futuro de un país, volvamos a ser capaces de lograrlo, con el valor y la lealtad que nos enseñó Rafael del Riego», ha dicho el jefe del Ejecutivo asturiano.
Según ha apuntado, el general Del Riego no encaja con los perfiles de «militar golpista dispuesto a imponer sus armas sobre la ley», sino que protagonizó un «ejercicio de lealtad» al proclamar la Constitución de 1812, texto «que llegó a ser una suerte de referencia constante para los liberales durante décadas». Por ello, ha recalcado que fue un «patriota» que no proclamaba como valores supremos su nacimiento u origen social, sino los principios constitucionales con los que quería identificar a España.