Milagro quirúrgico en el  HUCA a nivel mundial para salvar a un paciente de la silla de ruedas

Nel Oliveira
Nel Oliveira OVIEDO

ASTURIAS

El doctor Kelvin Piña, junto a personal de su equipo, en un instante de la opración
El doctor Kelvin Piña, junto a personal de su equipo, en un instante de la opración

La operación, encabezada por el neurocirujano Kelvin Piña, consistió en una reconstrucción de la columna con hueso de cadáver

26 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Ahora que todo salió bien, miro atrás y veo que prácticamente fue un milagro». Habla el doctor Kelvin Manuel Piña, neurocirujano especialista en cirugía de columna avanzada por el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Esta semana ha realizado una cirugía, que él mismo considera, «poco frecuente a nivel mundial». Jesús Álvarez, un ovetense de 44 años, sufría un proceso infeccioso que le había deteriorado mucho la columna vertebral, por lo que tuvo que tomar la difícil decisión de operarse, arriesgándose a quedar para siempre en una silla de ruedas.

«La operación consistió en una reconstrucción de la columna por una destrucción de los cuerpos vertebrales L3 y L4. La construimos con barras, tornillos y hueso de cadáver, para darle estabilidad al paciente y que pudiera deambular por su propio pie», explica el doctor Piña, que asegura que lo del hueso de cadáver se debe a que «es el material que mejor se integra, no presenta rechazo y el riesgo de complicaciones infecciosas a largo plazo es menor».

«El paciente me dijo que se encomendaba en mis manos»

La operación se realizó en tres tiempos quirúrgicos, que sumaron un total de 24 horas. Antes de entrar a quirófano, Jesús Álvarez sabía al dedillo los riesgos a los que se estaba exponiendo, dado la complejidad de la intervención. «Fue todo un reto. Se trata de una cirugía con alto riesgo de lesión vascular y neurológica. Hay muy pocos casos a nivel mundial de reconstrucción de dos cuerpos vertebrales. Precisamente por el riesgo que conlleva esta cirugía se suele demorar o incluso no hacer, para no perjudicar al paciente», explica el neurocirujano.

A pesar de tratarse de una cirugía de un altísimo grado de complejidad, el doctor siempre confió en que todo saldría bien. Participaron el propio Piña, personal de enfermería, auxiliar de enfermería, anestesistas y un neurofisiólogo. Tras explicarle al paciente todos los riesgos que la operación podría traer consigo «me dijo que se encomendaba en mis manos». Ahora que todo ha salido bien y que Jesús Álvarez puede caminar, cabe destacar que no todo fue una meseta. «Tras la primera intervención, le expliqué al paciente que había una tasa de más del 50% de que quedara con algún tipo de lesión neurológica y que tuviera problemas para poder andar», reconoce el doctor Piña. Afortunadamente todo salió a pedir de boca y «no tuvo ninguna secuela».