50.000 nombres, la lista del mayor éxodo de la historia de Asturias

G. GUITER

ASTURIAS

Niños españoles llegando al puerto de La Rochelle en 1937, una de las imágenes que ilustra «La mar como única salida», un programa sobre el exilio asturiano durante la Guerra Civil
Niños españoles llegando al puerto de La Rochelle en 1937, una de las imágenes que ilustra «La mar como única salida», un programa sobre el exilio asturiano durante la Guerra Civil

Un grupo de investigadores recopila las identidades de mujeres, hombres y niños forzados a salir de la región en el verano de 1937, durante la Guerra Civil

11 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El mayor éxodo de la historia de Asturias ocurrió en un tiempo muy breve: durante el verano de 1937, una vez que se desploma el Frente Norte republicano y unas 50.000 personas se ven forzadas a exiliarse. Hombres, mujeres y niños, decenas de miles que se amontonaron «en casi cualquier cosa que flotara» hacia países europeos de acogida, buena parte de ellos a Francia.  

Es un listado casi inabarcable que trata de recuperar un grupo de trabajo como parte del proyecto europeo Lecciones para el presente: Rotspanier. Trabajadores forzados españoles en la II Guerra Mundial que codirige el investigador asturiano Antonio Muñoz. Estos días presentan en las tres ciudades de partida de los exiliados, Gijón (los pasados días 8 y 9), Ribadesella (el próximo 11 de junio) y Avilés (13 de junio), La mar como única salida, un programa de conferencias y visitas que quiere dar a conocer ese éxodo.

En este proyecto trabaja el Grupo Eleuterio Quintanilla e investigadores a este lado y al otro lado de la frontera francesa. Muñoz explica que, a raíz de los listados de rotspanier (españoles rojos, trabajadores forzados calificados así por la Organización Todt nazi), se dieron cuenta de que existían largas relaciones en los archivos departamentales franceses y otros lugares, donde constaban las personas que iban llegando desde España.

Durante mucho tiempo han venido recopilando nombres, miles de ellos. Miles de historias personales de exilio y adaptación a una vida que dejaron atrás, la gran mayoría traumáticas, muchas trágicas. Como aquellos que fueron deportados a los campos de concentración y exterminio alemanes por distintos motivos (como el famoso Convoy de los 927) y que fallecieron allí en terribles condiciones, sufriendo hambre, maltrato y enfermedades.

El objetivo

Lo que persigue La mar como única salida, explica Muñoz, es concienciar al Gobierno asturiano para que «de una vez por todas ponga en marcha un gran proyecto de investigación que recoja todos esos nombres y los haga públicos, para que las familias puedan también aportar sus testimonios».

Para el investigador, que trabaja desde hace diez años para el Instituto de Ciências Sociais da Universidade de Lisboa (ICS), «es increíble la falta de interés público y que Asturias sea la comunidad en la que menos atención se presta al hecho del exilio durante la guerra, cuando fue precisamente una de las más afectadas». Un desinterés que resulta, cuando menos, sangrante.

Y ¿cuál es el motivo de este hecho? La explicación, para él, es compleja: «Asturias vivió de forma especialmente traumática la guerra», un frente activo con muchos muertos y exiliados. Al terminar, dice Muñoz, se produjo una suerte de ley del silencio que sigue hasta la actualidad. «Ni siquiera los gobiernos socialistas han sido capaces de prestar a este tema la atención que merece», algo que sí ha ocurrido en comunidades tan cercana como Galicia o País Vasco. Pero es que, tal vez, «parafraseando a Churchill, Asturias produce más historia de la que es capaz de digerir», concluye.