El arquitecto japonés Shigeru Ban, Premio Princesa de Asturias de la Concordia

La Voz REDACCION

ASTURIAS

Shigeru Ban
Shigeru Ban Fundación Princesa de Asturias

Conocido por utilizar materiales inusuales como el papel o el cartón y por su arquitectura solidaria para personas sin hogar, se impone entre 36 candidaturas de 17 países

23 jun 2022 . Actualizado a las 12:27 h.

El arquitecto japonés, Shigeru Ban (Tokio, 1957), conocido por emplear en sus edificios materiales inusuales como el papel o el cartón y por su «arquitectura solidaria» para personas sin hogar, ha sido reconocido este jueves con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2022, galardón al que optaban 36 candidaturas de 17 países.

Fundador de la ONG Voluntary Architects Network (VAN), con la que ha construido viviendas en zonas afectadas por desastres en Haití, Japón, China, India, Turquía, Italia o Filipinas, Ban ve la arquitectura como una forma de mejorar la sociedad y ha hecho de la construcción con materiales asequibles su seña de identidad.

El jurado, presidido por el jefe del Ejecutivo asturiano, Adrián Barbón, e integrado por miembros del Patronato de la Fundación Princesa, ha destacado su contribución solidaria al proporcionar refugio en condiciones dignas a personas en situación precaria derivada de emergencias sociales y naturales o situaciones de conflicto. También se ha valorado que su trabajo haya estado «guiado siempre por valores humanitarios y con la contribución del voluntariado, ofrece el ejemplo de una arquitectura sostenible con empleo de materiales reciclados que ha merecido un amplio reconocimiento internacional».

Shigeru Ban se mostró hoy «muy agradecido» por haber sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2022, que reconoce sus «28 años de trabajos en todo el mundo para los refugiados y afectados por desastres naturales», según dijo a Efe. «Ha sido una sorpresa enorme y estoy muy feliz de recibir este premio por mis actividades», afirmó Ban en declaraciones telefónicas poco después de conocer que había sido el elegido de entre las 36 candidaturas de 17 países que optaban al galardón, que calificó como «muy importante».

Ban (Tokio, 1957), conocido por emplear en sus diseños materiales inusuales como el papel o el cartón y por su «arquitectura solidaria» para personas que perdieron su hogar a raíz de conflictos o desastres naturales, explicó que decidió dedicarse a proyectos solidarios «porque estaba muy decepcionado con su profesión». En la arquitectura «se trabaja principalmente para gente privilegiada, con poder y dinero», afirmó el también galardonado en 2014 con el Pritzker y en 2017 con el Premio Internacional Madre Teresa por la Justicia Social, entre otros muchos.

«Nos contratan para construir exhibiciones monumentales de poder, pero yo quería trabajar para un público más general, y en particular para gente que perdiera sus casas en desastres», señaló Ban. El arquitecto conoció personalmente a víctimas de terremotos tan devastadores como el de Kobe (oeste de Japón) de 1995, que dejó más de 6.000 muertos, y eso le llevó a «tratar de mejorar las condiciones de vida de las personas que pierden sus hogares» en esas y otras catástrofes. «Esa es nuestra responsabilidad como arquitectos», subrayó.

Uno de sus trabajos solidarios más recientes es la instalación de sus «Sistemas de partición de papel» en París, Breslavia (Polonia) y varias ciudades de Ucrania para albergar a los desplazados por la invasión rusa de ese país, y llevados allí a través de una ONG de arquitectos voluntarios fundada por él mismo.

Ban planea además volver a viajar a Ucrania y Polonia en septiembre, para empezar «una segunda fase» de trabajos tras esas particiones temporales consistente en «viviendas asequibles que puedan ser construidas por personas sin cualificaciones técnicas». 

El año pasado fueron reconocidos con este galardón el cocinero asturiano José Andrés y la ONG World Central Kitchen (WCK) que fundó para el abastecimiento de comidas en zonas afectadas por desastres naturales y en ediciones anteriores fueron distinguidos, entre otros, los sanitarios españoles por su trabajo al frente de la pandemia, la ciudad polaca de Gdansk, la oceanógrafa estadounidense Sylvia A. Earle, la Unión Europea. Manos Unidas, Unicef, Aldeas Infantiles SOS, los héroes de Fukushima, Adolfo Suárez, Hussein de Jordania o Stephen Hawking.

Durante las últimas semanas se han ido fallando los premios de las Artes, a la cantaora Carmen Linares y a la bailarina y coreógrafa María Pagés; el de Comunicación y Humanidades, al periodista polaco Adam Michnik; el de Ciencias Sociales, al arqueólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma, o el de los Deportes, a la Fundación y el Equipo Olímpico de Refugiados.

También han sido distinguidos el dramaturgo Juan Mayorga, con el de las Letras; la exregatista y emprendedora social británica Ellen MacArthur, con el de Cooperación Internacional, y los expertos en inteligencia artificial Geoffrey Hinton, Yann LeCun, Yoshua Bengio y Demis Hassabis, con el de Investigación Científica y Técnica. Cada galardón está dotado con una la reproducción de una escultura diseñada por Joan Miró -símbolo representativo del galardón-, un diploma acreditativo, una insignia y 50.000 euros, informa Efe.