La responsabilidad de formar Gobierno

Tino Novoa EN LA FRONTERA

OPINIÓN

28 jun 2016 . Actualizado a las 08:53 h.

El futuro de la UE lo debatían ayer entre Alemania, Francia e Italia. España quedaba fuera una vez más de la toma de decisiones de algo que nos afectará decisivamente a todos los españoles. Aunque España no es socio fundador de la Unión Europea, el encuentro de Berlín es demostrativo del aislamiento internacional del Gobierno y de lo desastroso que resulta para nuestros intereses mantener un país políticamente paralizado mientras se está decidiendo nuestro futuro. Los que reducen la política a un juego de tronos, quizás desprecien la importancia y trascendencia de la gobernación. Pero si uno no toma las decisiones que le corresponde, otros las toman por uno, y eso siempre acaba en desastre. España necesita un Gobierno cuanto antes. Los españoles han hablado por dos veces, y la segunda con mucha más contundencia que la primera. Los resultados pueden gastar mucho, poco o nada, que cada uno tiene sus filias y sus fobias, y para eso se vota. Y las urnas han dejado claro que solo hay una opción real de gobierno, Mariano Rajoy. Porque la única alternativa serían unas terceras elecciones, y no hay absolutamente nada que las justifique, salvo que se desprecie la democracia.

Pero la formación de Gobierno es ante todo una responsabilidad que obliga a Rajoy. El líder del PP no puede esperar sentado a que la oposición acuda a rendirle pleitesía. En un sistema parlamentario no basta con ser el más votado. Además hay que ser capaz de tejer acuerdos para conseguir la mayoría que no le han dado las urnas. Rajoy ha obtenido una vida extra en las urnas. Pero eso no limpia su pasado. El PP tiene una deuda de regeneración que deberá pagar si quiere obtener los apoyos que necesita. Y tiene la obligación de propiciar los grandes acuerdos para las necesarias reformas de Estado que despreció en sus años de gobierno.

Y la oposición también es responsable de la gobernación. De entrada, renunciando al veto como arma política. Cada partido es libre de tomar sus decisiones con plena autonomía y respeto a sus votantes. Pero no puede ser que bloqueen el país convirtiendo sus problemas internos en problemas de todos.