Turismo responsable

OPINIÓN

03 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Por qué me gusta hablar de turismo responsable? La palabra «sostenible» está desgastada y mal utilizada, llevamos años escuchando hablar de «sostenibilidad» en turismo, en medio ambiente, en medio rural, para ellos todo son marcas de calidad que llevan incorporada esta palabra que suena bien, y parece venderse ante Europa como algo responsable.

Cuando pasa el tiempo y se ve que todo eso conseguido en la mayoría de los casos no sirvió para nada o casi nada, yo apuesto por hablar de otra manera, por actuar de forma diferente. Tenemos que conseguir que el lenguaje vaya unido a actos reales. Hablemos de turismo responsable, de medio rural responsable, de políticas responsables. Un turismo que respete el medio, que se interese por las tradiciones, la cultura del lugar. Si todas las personas apostáramos por un desarrollo responsable, la etnografía no desaparecería, las tradiciones tampoco, el mundo rural estaría vivo. Todo sería entonces sostenible. Una política responsable donde lo importante sean las personas, donde lo imprescindible sea la Naturaleza, es una política que apuesta por el futuro.

¿De qué sirvió la ley de turismo rural?

¿De qué sirvieron las marcas de calidad, todo el dinero gastado en subvenciones para turismo, para desarrollo rural? ¿De qué sirvió si los negocios cierran, si es julio y están vacíos, si los pueblos están abandonados?

Todo esto me hace pensar que se hizo política no responsable, que se gastó dinero pensando sólo en el presente, olvidando el futuro. Se leen en prensa propuestas de estudios desde la Universidad sobre cómo recuperar los prados de siega. Estudios para ver en qué situación están las brañas, qué política de actuación llevar a cabo. Muchos estudios pero la población desaparece, las brañas también. Se gasta el dinero en proyectos que luego no se desarrollan por falta de dinero o por falta de interés.

¿Por qué hay dinero para formación, para estudios de universidad y no lo hay para levantar las cabañas, para desarrollar una política de campo que cuente con toda la gente que vive allí, que sea mirando al futuro, que no se quede en el pan para hoy (y poco) y hambre para mañana?

Los pueblos desaparecen, la ganadería cada vez genera menos puestos de trabajo, el turismo responsable está en extinción, y seguimos haciendo política de parches.

¿Saben cómo se recuperan los prados de siega? ¿Las cabañas de las brañas?

Se recupera con personas, diversificando la cabaña ganadera, recuperando el cultivo de las huertas en los pueblos. No se trata de hacer infraestructuras que se inauguran sin uso posterior. No se trata de hacer estudios y proyectos por impulsos. Hay que fijar objetivos a largo plazo, fundamentalmente fijar población, y trabajar por ello desde el consenso y alejándose del electoralismo de corto plazo.

¿Ponemos en marcha políticas que fijen población en el medio rural o seguimos gastando dinero sin solucionar el problema?