Mujeres agotadas física y psíquicamente no sólo por su enfermedad, que ya sería motivo suficiente, sino por la lucha para que sea reconocida, para que no se les trate de histéricas, o de enfermas mentales, aunque a veces las fuerzas se apagan, el desánimo aparece y la depresión también.
Después de hablar con la presidenta de la Asociación de Fibromialgia y Cansancio Crónico de Asturias, me pregunto por qué es una enfermedad invisible para la sociedad. En una población como la nuestra, que apenas llegamos al millón de habitantes, hay veintiocho mil casos diagnosticados y se supone que otros tantos sin reconocer. La mayoría de las personas que padecen esta enfermedad son mujeres, también me pregunto si será la causa principal para no ser reconocida como enfermedad y por eso la tratan como una enfermedad mental o como una enfermedad de traumatología en lo mejor de los casos.
Después de la reunión llego a casa, cierro los ojos y me imagino cómo sería mi vida con fibromialgia. Tengo a mi hija a mi lado y no la puedo coger en brazos del dolor que desprende mi cuerpo. Mi marido me mira y no puedo amarlo del cansancio que tiene mi mente. Mañana el jefe me espera en mi puesto de trabajo al que no acudiré porque no puedo levantarme. Sola en casa llamo al médico para pedir cita, me cuesta levantar mi cuerpo dolorido de la cama. Me voy a la ducha, los chorros de agua me hacen daño en la espalda. Salgo, pido un taxi, llego al centro de salud. El médico me pregunta qué me ocurre, yo le respondo: doctor me duele todo, hasta el alma me duele, él me mira y me dice «es imposible que te duela todo», te daré unas pastillas para levantar ese ánimo. Llego a casa y lloro, quiero despertar de esta pesadilla. Abro los ojos, vuelvo a ser yo, no, yo no tengo fibromialgia, puedo correr, subir montañas. Pero quiero visibilizar a todas esas mujeres que la tienen. Todxs cerrad los ojos, empatizad con ellas y luego responded. Tenemos que hacer algo como sociedad para que se reconozcan estas enfermedades o seguir metiendo la cabeza en la tierra como las avestruces, y que luchen ellas. Ellas que la mayoría de los días no se pueden levantar de la cama. Necesitamos políticos que crean en la sanidad pública, y que esta sanidad cubra las demandas de las personas más necesitadas. No, no pueden ir de especialista en especialista para terminar en salud mental. Tendrá que haber una unidad multidisciplinar donde puedan acudir a tratar todos esos dolores, hasta los del alma.