Si alguno es supersticioso que se vaya preparando porque el próximo año no va a empezar bien. No puede hacerlo sin que Ramón García, vestido con su capa, nos repita esa frase que todos esperamos: ¡Feliz 2017! Nos parecía un sketch, una fórmula agotada, una falta de creatividad la reproducción del mismo esquema: Ramón y Anne Igartiburu; Ramón y Ana Obregón; Ramón y Carmen Sevilla; Ramón y Nuria Roca; Ramón y Paloma Lago; Ramón y Kira Miró; Ramón y Raffaella Carrà; Ramón y Anabel Alonso; Ramón y Carmen Maura. Pero no. ¡Ramón es la esencia de la Nochevieja, de nuestra Nochevieja, desde hace más de 20 años! De hecho, todos lo estamos esperando como a ese familiar al que solo vemos en las fiestas. ¿Estará bien? ¿Habrá envejecido? A Ramón lo tenemos, como al turrón, por Navidad, pero no falla jamás, no da campanada a destiempo. Por eso entiendo y asumo su dolor. Y comprendo que haya estallado. Esta vez -ha dicho el presentador- «una mano negra está detrás» de esta humillación; «un hombre que trabaja en TVE, pero no es de TVE». A ese Mister Scrooge que nos quiere quitar la ilusión del nuevo año, Ramón le ha advertido que esta deshonra no se acaba aquí: «Ese señor se irá, y yo volveré con mi capa». Ramón es un caballero como los de antes, y se ha batido en duelo como corresponde. No tengan duda: el 2018 estará en la Puerta del Sol.