Los últimos de Cataluña

OPINIÓN

09 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Salvadas todas los diferencias de lugar, tiempo, número y actitud de los implicados, la situación de abandono que sentían los últimos de Filipinas es la misma que tenemos las personas que estamos viviendo en Cataluña y nos consideramos simplemente españoles y catalanes.  

Los hechos ocurridos este martes en Cataluña, día de la Constitución, con la quema del Libro en que se funda toda democracia, con el desprecio de algunos políticos catalanes a lo que representa ese día, cuando gracias precisamente a la Constitución ellos están cobrando un sueldo nada despreciable, la falta absoluta de unidad de los partidos constitucionalistas catalanes -el PP se reunió en el Archivo de la Corona de Aragón, Ciudadanos en Hospitalet, el PSC/PSOE ni se reunió, como si la Constitución no fuera cosa suya, las diferentes agrupaciones, cada una por su lado-, nos están mostrando el abandono total en que nos sentimos el 51% de los habitantes de Cataluña. Por si faltaba poco, hasta Ciudadanos ha desertado de sus principios originarios y se ha vuelto «contemporizador» con el independentismo catalán.

No, no son los partidos ni las personas independentistas las que nos preocupan. Ya estamos acostumbrados a convivir con ellos, aunque sea muchas veces a costa de callar y aguantar para que no nos llamen «provocadores». Son los partidos así llamados constitucionalistas los que realmente nos preocupan, son ellos los que realmente nos han abandonado. Aunque el PP, el PSOE y Ciudadanos recaben en Cataluña los votos de las personas que no son/somos independentistas, que no sea hagan ilusiones, ellos no nos representan. Hace ya mucho tiempo que nos vendieron. Hemos estado mucho tiempo sin enterarnos, pero ahora somos conscientes del fraude.

El gobierno y los políticos dialogarán  con los nacionalistas y con el gobierno catalán, y nos parece muy bien, pero ¿quién dialoga con los no independentistas catalanes? Nosotros no estamos presentes en ese diálogo pues ni el Gobierno ni los políticos nos representan.  

Los últimos de Filipinas tardaron 337 días darse cuenta que España había vendido Filipinas a los americanos. Los catalanes no independentistas hemos tardado mucho más en darnos cuenta de que los gobiernos de España y todos los partidos políticos nos habían abandonado, nos habían vendido, aunque ya hace tiempo que lo sospechábamos. Para más inri, muchas veces nos sentimos abandonados por muchos ciudadanos del resto de España, al meternos en el mismo saco independentista a todos los catalanes.

Si quemar un libro o un periódico indica un grado sumo de intolerancia democrática, quemar la Constitución  es lo más antidemocrático que existe. Pues esta es la situación de España. Unos partidos lo fomentan y otros lo consienten.

Nosotros no tenemos armas, ni las queremos. No nos vamos a levantar, pero vamos a resistir con nuestras ideas de democracia, de diálogo y de convivencia, y sabemos que la democracia un día vencerá. Para ese día no queremos honores ni medallas, pero tampoco queremos que ningún partido o gobierno se los arrogue, pues no le pertenecen.  

Y no lo olvidéis, al defender pacíficamente nuestras ideas estamos luchando también por vosotros, pues estamos luchando por una mayor democracia en toda España.