Deseos para el año nuevo

OPINIÓN

05 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos días me encontré con un buen amigo y después de estar un buen rato charlando nos despedimos y yo, embargado en este ambiente festivo le deseé un feliz año nuevo. Normal en estas fiestas en que tanta costumbre tenemos de felicitarnos entre familiares, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, conocidos, etc.

Me sorprendió su contestación con la siguiente pregunta: Pichi, ¿tú crees que se puede ser feliz en este mundo? Fue como una sacudida que me transportó a reflexionar sobre ello.

Efectivamente, el mundo en que nos está tocando vivir no da para muchas alegrías. Abrir un periódico o un telediario y encontrarnos con esa gente hundiéndose en el mar, huyendo de las guerras; el creciente desempleo, los comedores de caritas llenos de gentes saciándose el hambre o esos comedores escolares abriendo en vacaciones para que algunos de los escolares puedan alimentarse, desahucios de ancianos o familias con niños pequeños, etc. En el plano político, la creciente desestabilización de países hasta arrastrarlos a la guerra, el incremento de los grupos o partidos fascistas y la elección de Trump como culminación del cuadro, es acongojante.

Pero en la historia los pueblos nunca tuvieron vacaciones, al respecto. Se pasó por períodos mejores o peores, pero hemos tenido que hacer frente constantemente a lo que se nos fue viniendo encima. Me es imposible pensar que por ello la humanidad, los pueblos, vivieron constantemente en la amargura.

Desde los esclavos que lucharon contra su esclavitud, hasta los que pelearon contra el fascismo, en España y en la Segunda Guerra Mundial, pasando por los que lucharon en la Primera, o contra las jornadas interminables y por la de los tres ochos (ocho para trabaja, ocho para sus atenciones personales y familiares) creo que lo hacían con la esperanza de construir un mundo mejor, más libre y justo.

Posiblemente ocurra lo mismo a niveles personales o familiares. Hay situaciones a las que hay que hacer frente y que si no fuese por la fuerza y esperanza seríamos incapaces de sobrellevarlo. Incluso ese esfuerzo que nuestros padres realizaron para que sus hijos estudiasen y no tuviesen que pasar por las penalidades que ellos sufrieron, no se lo hubieran ni plateado si no fuese por su entusiasmo y la esperanza. Formaba parte de su felicidad, a pesar de todo.

Por tanto y desde esta perspectiva, le repito a mi amigo, «feliz año nuevo». Y para los pueblos, lucha contra todas las atrocidades, porque en ello nos va la felicidad. La impotencia es lo que más infelicidad nos puede provocar.

No me resisto a no indicar, como una de esas atrocidades, el creciente desempleo y todas sus consecuencias. A éste solo se le puede hacer frente, en el mundo actual, reduciendo la jornada laboral, sin pérdida de poder adquisitivo. Deseo, por tanto, para  este año nuevo, que los trabajadores del mundo luchen sin descaso para lograrla.

Feliz año 2017.