Acabar con el acoso escolar

OPINIÓN

13 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo. Nelson Mandela fue quien lo dijo y lo comparto plenamente. Es algo tan importante y necesario que cuando brilla por su ausencia no crea más que problemas. A veces tengo la sensación de que la única manera para que te hagan caso y de influir en algo es apareciendo en los medios de comunicación. Hay asuntos que su publicidad no acarrea mayor problema pero otros, en cambio, pueden derivar en efectos contrarios a los que se pretende llegar. Y quiero poner hoy como ejemplo el caso del Instituto de Educación Secundaria de La Corredoria, que ante la denuncia realizada por una madre sobre presuntos casos de acoso hacia su hija ha dado una imagen del centro muy alejada de lo que tendría que ser un lugar donde se va, entre otras cosas, a aprender a convivir con los demás.

Soy el representante municipal en el consejo escolar y al hilo de la información que se me transmitía en las diferentes reuniones pensé hace nueve meses que sería interesante solicitar al Consejo Escolar Municipal (un órgano que tiene el Ayuntamiento de Oviedo) la comparecencia de la entonces directora (ahora dirige el instituto otra persona) para que toda la comunidad educativa del municipio conociera los problemas y se estudiasen medidas para eliminar, en la medida de los posible, los peores casos que afectaban al instituto. Creí que la mejor manera de solucionar un tema así empezaba por ser lo más discreto posible. Sin embargo han sido los medios de comunicación los que han conseguido que se reaccione y se reabra socialmente el tema del bullying.

Durante mi etapa de estudiante, tanto en el colegio público Dolores Medio como en el IES Alfonso II, vi casos de acoso. Recuerdo que tuve compañeras que se cambiaron de centro porque no aguantaban más a un grupo reducido de alumnos que no querían estudiar, entorpecían el desarrollo de las clases y amenazaban a quienes consideraban más vulnerables. Quizás lo peor de todo era apreciar que disfrutaban haciendo esas acciones y que nadie les ponía freno. Al igual que ha ido incrementándose la indignación, las campañas y el rechazo a la violencia contra las mujeres, bajo mi punto de vista hay casos en los centros educativos que no se pueden pasar por alto. Mirar para otro lado no ayuda a arreglar nada. El 900 018 018, el teléfono gratuito para denunciar acosos escolares y que no se refleja en la factura del teléfono, me pareció un gran paso, pero creo que debe ir acompañado de campañas de concienciación. No será suficiente, desde luego, pero por algún sitio hay que empezar.

Decía antes que hay noticias que a veces causan efectos contrarios a los que se pretende llegar. Para quienes defendemos la escuela pública no es un mensaje muy grato propagar este tipo de problemáticas, pero el silencio es a mi juicio la peor de las opciones, y ya que la información es poder no hay que ocultar los problemas. Lo mismo le pasa a los centros de salud estos días, que se han visto colapsados por la epidemia de la gripe. No se trata de denostar a la sanidad pública, sino hablar de sus deficiencias para que sean mejoradas la próxima vez.

A veces las denuncias a través de los medios de comunicación son lo que incita a solucionar las cosas. No sé si será el caso del IES de La Corredoria, pero espero que las próximas informaciones sobre el centro sean en otro sentido y que todos esos datos negativos se transformen en buenas noticias.