Cataluña en proceso

OPINIÓN

04 mar 2017 . Actualizado a las 09:06 h.

El título de este artículo está tomado de un libro -Cataluña en proceso. Las elecciones autonómicas del 2015 (Valencia, Tirant lo Blanch, 2017)- que hemos presentado el jueves en Barcelona, en colaboración con el Institut de Ciències Polítiques i Socials (ICPS), la Universidad Autónoma y la Diputación de Barcelona, en las aulas del Pati Manning. Dicho libro, coordinado por los profesores José M. Rivera y Nieves Lagares, de la Universidade de Santiago, y el profesor Montabes, de la Universidad de Granada, recoge los trabajos de 19 profesores e investigadores, pertenecientes a las universidades de Santiago, Autónoma de Barcelona, Granada, Valencia y Madrid, que convinimos en analizar -con la ayuda de la Encuesta Poselectoral elaborada por el Grupo de Investigaciones Políticas de la USC- las actitudes electorales y las circunstancias políticas que definen el proceso independentista. 

El interés que suscitó el libro en los círculos académicos y en los medios de comunicación de Cataluña estaba justificado, a decir de los asistentes al acto, por ser el primer estudio académico, con rigor metodológico y pluralidad de enfoques, que se realiza sobre el procés desde fuera de Cataluña, sin el riesgo de que las posiciones fijadas por la dinámica de confrontación partidaria e institucional, y por la división social que impera en Cataluña, conviertan los análisis en monólogos de autoafirmación que nada ayudan a la comprensión y al aporte de soluciones que este problema necesita. En el coloquio subsiguiente a la presentación también se destacó la idea fuerza que a modo de conclusión colectiva formuló Rivera Otero: «Ninguna de las propuestas que alimentan la confrontación tiene apoyos suficientes para imponerse, pero sí existe, en cambio, una mayoría favorable a soluciones de consenso que se vislumbran en las actitudes de los electores catalanes».

Para el equipo de investigaciones de la USC, y para los 19 autores que tuvimos la oportunidad de colaborar en este proyecto culminado, es una enorme satisfacción el haber introducido esta perspectiva técnica, externa y con acento gallego en el seno de una sociedad que parece estar bloqueada por las dinámicas irreversibles generadas por la implicación sentimental o cultural en el conflicto, y cada vez más distante de la serena racionalidad política que alimenta los consensos.

E incluso creemos haber ahondado mucho más de lo que hasta ahora se había hecho en la posibilidad de rescatar el procés de la impostada escenificación del conflicto institucional que enfrenta a la Generalitat y al Gobierno, para reclamar el protagonismo que le corresponde a una sociedad que ni está tan radicalizada como la versión mediática sugiere, ni carece de la voluntad y la flexibilidad que serían necesarias para reponer los marcos y ambientes que podrían favorecer una salida consensuada.