¿Somos iguales ante la Ley?

OPINIÓN

24 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La gente rica, se dice, se libra más fácilmente del Impero de la Ley. Parece como si la Justicia les fuera más favorable.

Nuestro sistema legal, ¿Trata a todos por igual? Es una de las preguntas que están en todos los corrillos, tertulias y en el ambiente de la calle.

Lo que no cabe duda es que las Leyes y la ley máxima nuestra, la Constitución, es y son las mismas para todos los españoles.

Eso, no lo pone nadie en duda.

Lo que se cuestiona es si esas Leyes en manos de los jueces, es decir de la Justicia, se aplican con el  mismo criterio para todos.

Todos los días que llevamos del año 2017 y muchos años anteriores, las primeras páginas de los periódicos, los telediarios, la radio…, abren sus informativos con abundantes y constantes casos de corrupción. Que luego llevados a los tribunales, no tienen el mismo trato:

De unos, se archiva su causa.

De otros lo demoran en el tiempo sine die.

De otros, se les manda a prisión preventiva con fianza o sin fianza.

En fin, la casuística es ilimitada.

Por tanto muchas sentencias distintas aplicando la misma ley del Estado Español y con los mismos jueces. ¿Esto es con la misma Justicia? ¿Somos todos iguales ante la Ley?

Y, si nos acercamos a los EE.UU, primera potencia mundial y cuna de la democracia: ¿Qué pasa con la Justicia?

Muy simple o muy sencillo a juzgar por cómo a la pantalla lo llevan: unos por “nada” va a la cárcel y hasta con cadena perpetua (ya no en todos los estados).

En cambio, otros con mucho dinero, buenos abogados se libran de la cárcel y hasta llegan limpios al oír el golpe de mazo el juez y pronunciar la frase que «aterra»: Visto para sentencia.

No, la justicia ni en España ni en Norteamérica, no es igual para todos. Está influenciada en su ejecución  por fuerzas externas. Y quien mejor las controla, obtiene menor pena.

Si tú, sufrido lector, de otros países quieres saber cómo la justicia yerra, acércate a un juicio o lee la Wilipedia. Verás que en poco se diferenciarán de lo que sucede en España o de cómo funciona en EE.UU.

Por si no quedó claro mi argumento, es claro. No ofrece duda alguna: Las leyes son para no cumplirlas o para interpretarlas cómo convenga. El mal no está en el legislador, sino en los jueces y toda la parafernalia que hay montada para vivir de ella.