Metabolismo vago

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

02 abr 2017 . Actualizado a las 10:14 h.

Carmen Riolobos cree que hubiese sobrevivido sin mayores problemas al Holocausto nazi. La naturaleza le ha concedido un metabolismo vago y esto, que aquí y ahora le estimula la lorza, le habría permitido mantener el hálito vital con la dieta de los campos, que a la vista está era tirando a estricta. Inquieta intuir el proceso mental que ha llevado a esta senadora del PP a desarrollar semejante razonamiento, las horas que habrá empleado la mujer en buscar algo bueno a esa conversión generosa que su química hace de las croquetas en rotundidad carnal. Pensando, pensando, un día debió de decirse a sí misma:

-Pues a mi en Auschwitz me habría ido fenomenal.

En realidad, deberíamos elevar la tesis del metabolismo lento a teoría política. Todos nuestros grandes problemas pasarían a ser relativos. Los grandes dramas alcanzarían otra dimensión. Si es usted un desahuciado, piense que debajo del puente hay unas inmejorables vistas a la ría. Si le pagan 300 euros por una jornada de diez horas, considere que su nómina le permitirá no ser un consumista de mierda. Si en su país gobierna Donald Trump, acepte que con su caos puede arrastrar para siempre a los republicanos. Esa aceptación blanda que Riolobos Regadera expresa encierra una concepción de la estrategia política que completa aquella otra de Rajoy: «A veces en política la mejor decisión es no tomar ninguna decisión y eso también es una decisión». Y así, en ese limbo de lentitud metabólica, parados, emigrantes, jóvenes desairados, territorios paralizados podrán descubrir que la inacción total tiene ventajas, aunque quizás cuando se miren descubran que están muertos, la mejor forma de no gastar un gramo de energía. Incluso en Auschwitz.