Ruido

Tino Novoa EN LA FRONTERA

OPINIÓN

18 abr 2017 . Actualizado a las 08:08 h.

Posaba Pablo Iglesias, ufano, delante de lo que han bautizado como Tramabús. Es la última ocurrencia de Podemos, al nivel de Hazte Oír y su autobús tránsfobo. Tras derrotar a Errejón, Iglesias ha optado decididamente por la pelea y el ruido como herramienta política. Nada se sabe de su trabajo parlamentario porque no han presentado una iniciativa digna de tal nombre. Prefiere el griterío, el alboroto y la algarabía. Lo suyo es una campaña electoral permanente, aunque no se sepa muy bien para qué, porque a la hora de la verdad, cuando toca trabajar para llevar a la práctica sus promesas, nada de nada. Lo del autobús tendría su gracia si no fuera tan grotesco. Y un ejemplo más de esa nueva forma de hacer política populista y demagógica que lo mismo sirve para Trump que para Le Pen o Iglesias. En la socorrida batalla del relato, no importan los hechos, sino componer una historia coherente con los prejuicios de la audiencia, aunque se base en datos falsos o haya que tergiversar la realidad. Tampoco importa mezclar a delincuentes condenados con políticos que solo están ahí, porque les es útil para afianzar su discurso. En matemáticas, de un axioma erróneo no se puede derivar una teoría válida. Pero en política, todo sirve porque nadie cuestiona las premisas cuando lo único que importa es ganar. A cualquier precio y sea cual sea el daño causado.