Le están dando una patada al euro en el culo de España e Italia». Esta frase memorable la pronunció en el 2012 un exlíder socialista, Rubalcaba. Y ayer muchos tuiteros la recuperaron, versionada, para definir la maniobra política que puede marcar la primera mitad de la legislatura, la imposible moción de censura de Podemos contra Rajoy.
Abocada al fracaso, la iniciativa del partido de Pablo Iglesias se convirtió en gran protagonista en las redes sociales. Y dividió a la audiencia. Muchos corearon el argumentario del partido morado. Otros convirtieron la acción en anatema y lo catalogaron, con ligereza, con la misma etiqueta que el polémico Tramabús. Y una moción de censura es una cosa muy seria, aunque se haga sin posibilidad de salir adelante, solo por hacer ruido.
En el actual escenario político nadie va a desplazar a Rajoy del poder con una jugada de este tipo, aún cuando el PP protagonice gravísimos escándalos de corrupción. Los números, siempre tercos y tiranos, no dan. Las alianzas entre partidos, tampoco. Tal vez no sea ese el objetivo de Pablo Iglesias, que va partido a partido y quiere consolidarse como principal referencia de la oposición en España a costa de los maltrechos y desmoralizados socialistas. Y en este caso ha dado una patada al PP, pero en el culo del PSOE.