La historia de la música, según Les Luthiers, recoge el dato de que toda vez que -por necesidades económicas- el compositor Johann Sebastian Mastropiero, inspirador de las mejores creaciones del grupo argentino, se vio obligado a componer música a pedido o por encargo, produjo obras mediocres e inexpresivas. Por el contrario, cuando solo obedeció a su inspiración, jamás escribió una nota.
Su inclinación al plagio sin disimulo queda acreditada cuando el propio Johann Sebastian responde airado a las acusaciones del también músico Günther Frager: «Usted me ofende -le replicó Mastropiero-. Justamente a mí, que siempre digo que el artista que se apodera de la idea de otro enturbia las aguas del manantial del espíritu»; famosa frase de Günther Frager.
Dicho esto, ya era hora de que el genio más mediocre y descarado de la historia de la música tuviese por fin su día de gloria, pues la concesión del premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, además de un reconocimiento a esa mediocridad del músico, es un acto de justicia eterna con el grupo de humor más inteligente y prolífico de la historia. Les Luthiers es medio siglo maravilloso de teatro, música, comedia, monólogos, creación de instrumentos originales... Un galardón merecido..., un triunfo necesario, que como dice Mastropiero: «Si no ganamos, estamos perdidos».