Perradas

Tamara Montero
Tamara Montero CUATRO VERDADES

OPINIÓN

12 jul 2017 . Actualizado a las 08:10 h.

Ya es bastante duro. Ya es bastante duro estar siempre contra las cuerdas. Luchar siempre desde el último aliento. Con las manos desnudas. Sin apenas recursos. Ya es bastante duro ver hasta dónde puede llegar la crueldad humana en el fondo de sus ojos. En el relieve de sus cicatrices. Ya es bastante duro verlos marchar. Un día. Y al otro. Y al otro. Cómo te miran desde el fondo de su jaula. Un día. Y al otro. Y al otro. Sí. Ya es bastante duro. Oírlos gemir desde dentro de un contenedor. Intentar curarles la infección que, maldita sea, vuelve a dejar a otro sin un ojo. Ya es bastante duro toparse con comida aderezada con alfileres por alguien que aunque se pinche, no sangra. No le corre sangre por las venas, sino veneno. O verlo respirar dificultosamente en una cuneta porque quien le pasó por encima con el coche consideró que no merecía la pena pararse. Ya es bastante duro. La falta de humanidad de la raza humana que los abandona, que intenta ahogarlos en el río. Que los regala en Navidad y se deshace de ellos con la misma rapidez con la que se llenan de papel de regalo los contenedores. Ya es bastante duro. Ya es bastante duro como para además toparse con que un programa, a cara de perro, cambie un perro por otro y ahorre al televidente esas perradas que ocurren todos los días: que aunque los héroes se esfuercen, no siempre pueden salvarlos. Es duro. De hecho, ya es bastante duro.