Scaramucci(as)

Tamara Montero
Tamara Montero CUATRO VERDADES

OPINIÓN

30 jul 2017 . Actualizado a las 09:34 h.

Está a la altura. Dios mío, vaya si está a la altura. Hacía falta un golpe de timón. Un cambio profundo. Una cara nueva. Alguien que lo entienda. Que lo entienda de verdad. Una persona que sepa trasladar cómo piensa. Que conecte de verdad con lo que cree y cómo quiere que la gente lo vea. Y vaya si está a la altura. Madre mía. Sí que está a la altura. Porque es expresivo. Muy expresivo. No tiene miedo. No le asusta sacar a pasear su lenguaje colorido. Levantar el teléfono, marcar y empezar a hablar. Hablar es su trabajo. Es el director de comunicaciones, ¿no? Y comunica, vaya si comunica. Caray, cómo comunica. Un patriota de Queens. Y a un patriota no le tiembla la voz cuando tiene que decir lo que tiene que decir. Porque nadie tiene por qué hacer saber al mundo que pasó una agradable velada sentado a la mesa con un ejecutivo de un gigante de la comunicación que no es capaz de sacudirse los escándalos de acoso sexual. Que la mesa estaba en la Casa Blanca. Y que ejercieron de anfitriones el presidente y la primera dama. Así que no le tiembla la voz. Se pone al teléfono y grita. Insulta al jefe de gabinete. Que es un maldito esquizofrénico paranoico. Insulta al estratega jefe. Arrastra por el fango a todo un gobierno. Pero claro. Es que es director de comunicaciones. Del hombre que dijo que puede agarrarnos a las mujeres. Del presidente al que le encanta la zafiedad. Y las Scaramucci(as).