Por qué Ronaldo se cree intocable

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño A CONTRACORRIENTE

OPINIÓN

Carl Recine | REUTERS

01 ago 2017 . Actualizado a las 17:48 h.

«Si no me llamara Cristiano Ronaldo no estaría aquí». La frase que supuestamente le espetó ayer Ronaldo a la jueza que lo interrogaba por un presunto fraude fiscal de 14,?7 millones de euros demuestra hasta qué punto han perdido el sentido de la realidad algunos futbolistas a los que entre todos hemos convertido en alienígenas que creen ser intocables y jurídicamente irresponsables. Al contario de lo que él afirma, si no se llamara Ronaldo, y si no estuviera amparado por alguien que maneja como si fuera su cortijo un club con un presupuesto de 630 millones y que controla muchos medios, estaría sentado en el banquillo hace tiempo, como cualquier otro que hubiera evadido presuntamente esa astronómica cantidad.

Pero Ronaldo, Messi, Neymar y tantos otros no son sino juguetes de un circo a los que los verdaderos responsables de este estercolero en el que se ha convertido el mundo del fútbol han bañado en oro para poder llevarse plácidamente su tajada mientras el pueblo está distraído con el espectáculo. Pretender que jugadores que apenas tienen el graduado escolar monten semejantes entramados delictivos para burlar al fisco sin el beneplácito de los clubes que les pagan sueldos de oro es de un candor casi infantil.

Nos indignamos todos, con razón, cuando un líder político defiende a un compañero de partido imputado por la Justicia. Y hasta exigimos la dimisión. Del imputado y de quien lo ampara. Y, sin embargo, consideramos normal que el presidente de un club no solo exprese su apoyo y su admiración por un futbolista acusado de defraudar millones de euros, sino que cargue contra jueces, fiscales y medios acusándolos de practicar una cacería contra su ídolo. «No ha habido respeto y se le ha puesto como un defraudador». Esa fue la estrambótica ocurrencia del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, cuando se le preguntó sobre las graves acusaciones que pesan sobre Ronaldo. «Todos somos Leo Messi». Esa es la desvergonzada campaña que puso en marcha la directiva del Fútbol Club Barcelona cuando el astro argentino empezó a ser investigado por la Justicia. «No permitiremos que lo traten como a un delincuente», llegó a afirmar el club catalán sobre un jugador que acabó siendo condenado a 21 meses de cárcel por un fraude fiscal multimillonario.

Nos es de extrañar que, con semejantes padrinos, los reyes del balón confundan un tribunal con una rueda de prensa, como hizo ayer Ronaldo. Tanto él si es culpable, como Messi y como cualquier otro que defraude a Hacienda, deberán devolver hasta el último céntimo y pagar la multa correspondiente. Pero mientras su comportamiento y el de sus protectores no solo no merezcan el reproche social, sino que sean aplaudidos cada domingo, estaremos condenados a que el fútbol español siga siendo un basurero. No hay mejor metáfora de ese muladar, por cierto, que el hecho de que la Federación Española de Fútbol esté presidida por alguien que lleva doce días durmiendo en la cárcel.