Una diada sin la mitad de Cataluña

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño LA TIRA DE A CONTRACORRIENTE

OPINIÓN

Alberto Estévez | EFE

12 sep 2017 . Actualizado a las 07:34 h.

Hablan en nombre de Cataluña, pero convierten la fiesta de la Diada en un acto independentista que excluye a la mitad de los catalanes. Reivindican una revolución pacífica, pero caminan de la mano de un ex miembro de ETA como Arnaldo Otegi. Piden justicia, pero pisotean las leyes. Presumen de jugarse el tipo desobedeciendo, pero endosan la multa a los ciudadanos. Dividen a los alcaldes entre buenos (los que incumplen la ley) y malos (los que la respetan). Reclaman democracia, pero juegan al escondite con las urnas. Exigen que España les escuche, pero acallan a la oposición en Cataluña. Carles Puigdemont afirma que a él no le pueden inhabilitar ni el Gobierno ni el Tribunal Constitucional porque en Cataluña ya no rigen las leyes españolas, pero él preside la Generalitat en virtud de unas elecciones celebradas al amparo de la Constitución española, que según él no es democrática. Todo es siniestro, absurdo, ridículo. 

Resulta que entre los que desfilaron ayer por Barcelona clamando por la independencia hay 17 diputados de ERC y PDeCAT en el Congreso que cobran cada mes una nómina pagada con dinero de todos los ciudadanos de un país llamado España, al que aseguran no pertenecer. No se tienen noticias de que ni Puigdemont, ni Oriol Junqueras, ni los diputados independentistas en el Congreso hayan anunciado su intención de renunciar a los sueldos que les pagan instituciones emanadas de esa Constitución que tanto les oprime.

Resulta que esa Generalitat presidida por quienes dicen que España les roba y les ahoga económicamente ha recibido en cinco años 69.278 millones de euros del Fondo de Liquidez Autonómica, y de otros fondos nutridos con dinero de todos los españoles, para poder abonar las nóminas de los funcionarios catalanes, pagar a proveedores o hacer frente a los disparatados intereses que prometió por sus bonos patrióticos.

Aseguran los independentistas con total desfachatez, y sabiendo que mienten, que la moneda de la Cataluña independiente seguiría siendo el euro; que Cataluña continuaría siendo miembro de pleno derecho de la Unión Europea aunque se separe de España y hasta que el Barça seguiría jugando en la Liga española aunque Cataluña se independice. Esa ensoñación infantil, la de pretender que se puede disfrutar de todos los derechos y privilegios de ser español, y por tanto miembro de la Unión Europea, pero sin cumplir uno solo de los deberes a los que obliga tal condición ni contribuir en nada al bien común, es una de las patrañas con las que estos independentistas de opereta han seducido a cientos de miles de catalanes, muchos de los cuales participaron ayer de buena fe en la Diada sin ser conscientes de que sus gobernantes les están engañando y poniendo en riesgo su futuro.

Manipulan, mienten y dividen. Saben que no habrá referendo ni independencia y por eso buscan ahora la impunidad escondiéndose detrás de las movilizaciones. Pero sería intolerable que al final no pagaran por el daño que han causado a Cataluña y a España.